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Darder celebra su gol decisivo en la tanda de penaltis ante la Real Sociedad. REUTERS

Entre risas y bromas: la sorprendente actitud con la que el Mallorca afrontó los penaltis ante la Real Sociedad

El conjunto bermellón consiguió el pase a la final tras acertar sus cinco lanzamientos ante los donostiarras

Viernes, 5 de abril 2024, 00:06

Son los once metros una distancia caprichosa en el fútbol. Decisiva. Da alegría y penas. Que da billetes para grandes finales y otros de vuelta a casa, con las manos vacías. Al Mallorca, rival del Athletic en la final de Copa en La Cartuja, los penaltis les sonrieron en las semifinales. Y dejaron una imagen un tanto peculiar del equipo bermellón. En ese momento de todo y nada, de cara y cruz, mostraron unos nervios de acero. Una actitud curiosa. Frente a los habituales gestos serios, en la arenga previa al lanzamiento se pudo ver a los futbolistas del conjunto de Javier Aguirre entre risas y gracias. Todo justo antes de empezar la decisiva tanda en la que eliminaron a la Real Sociedad.

El corrillo era una especie de ambiente festivo. Recordaba a un pogo en un concierto de música punk. Y fue el propio Aguirre, junto al capitán Antonio Raíllo, los que llevaron la voz cantante. «No sé si me creerán o no, pero no ensayamos los penaltis. Lo anotamos en el programa de entrenamiento pero llovió, hacía viento... y por lo que sea al final no acabamos ensayando. No teníamos el escenario contemplado, pero cuando preguntas y todos quieren tirar... sabes que la cosa va bien», confesó el técnico bermellón poco después en sala de prensa.

Seguro que esta vez sí los tienen en mente para la gran final ante el Athletic. Muriqi, Morlanes, Mascarell, Randonjic y Sergi Darder no fallaron. El otro gran protagonista fue el guardameta eslovaco Greif, habitual suplente en Liga. Detuvo el penalti de Oyarzabal, el primer lanzador. Fue suficiente a pesar de que los otro cuatros lanzadores de la Real cumplieron los deberes. Una tesitura, la de la tanda de penaltis, en la que no se ha visto el Athletic en esta edición.

Las risas desaparecieron tras el gol de Darder ante Remiro. Ahí solo quedó euforía por conseguir el pase a la final. El protagonista corrió hacia la banda para tirarse al suelo y abrazarse junto a todos sus compañeros. Volvían a tener a tiro el título 21 años después de aquella edición de 2003 en la que se impusieron al Recreativo de Huelva.

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