Recuerdos de una final para la historia
El duelo entre el Athletic y el Elche por el trofeo de Copa de 1969 ha quedado grabado en el tiempo para los dos clubes
Hablar del Elche en la Copa es rememorar inmediatamente la final de 1969 en el Santiago Bernabéu. Para los dos clubes, aquel duelo que ganó ... el Athletic gracias a un gol de Arieta II en el minuto 82 supone un momento importante de sus respectivas historias. Para los rojiblancos, porque supuso volver a levantar un trofeo once años después y cerrar en aquel momento el paréntesis más largo en la historia del Athletic sin celebrar un título, algo que visto hoy en día refleja la grandeza y el potencial del club bilbaíno en esas décadas del siglo XX. Por parte ilicitana, porque la final del 69 fue el momento más grande de su historia, el punto donde el Elche acarició el que hubiera sido su primer y único gran título en el fútbol español. Después, en 1977, hubo otro enfrentamiento en la Copa (1-0 para el Elche en Altabix y 4-0 para el Athletic en San Mamés), pero la historia de ambos está unida para siempre por aquella final.
De hecho, el pasado mes de junio, el Athletic rememoró aquel triunfo frente al Elche con un homenaje en La Catedral a los futbolistas que disputaron la final del Bernabéu. Por parte rojiblanca estuvieron Lavín, Igartua, Ormaza, Iribar, Zorriqueta, Rojo y Argoitia. Araquistain y Asensi viajaron a Bilbao por parte del Elche, y Aitor Elizegi y Diego García ejercieron como presidentes de ambos equipos. Resultó un acto sobrio, pero no carente de emoción. Destacaron en el «escenario» una camiseta empleada por los vencedores de aquel encuentro de hace 51 años, la Copa levantada por Koldobi Etxeberria, el capitán, y el balón que surcó el césped del campo madrileño, traído por el Elche y que se quedó en el museo del Athletic; un regalo. «Me acuerdo de la gente que había en la grada y la emoción que tenía en el campo cuando ganamos. Incluso me quitaron la camiseta, creo que alguien de Basauri», contó José María Igartua, entonces un chaval de 19 años. Txetxu Rojo recordaba que «el Elche era muy buen equipo, jugó bastante bien. Fue un partido de toma y daca... Fue uno de los días más especiales de mi carrera», mientras Asensi lamentó en el acto que el Athletic «sacó un balón en la línea de gol. Jugábamos muy bien al fútbol, teníamos siete internacionales. A pesar de perder, nos fuimos con la cabeza alta».
La final de 1969 supuso, por tanto, el cierre de un paréntesis y recordar el carácter ganador del Athletic. La última Copa que se había levantado era la de 1958, y once años después, ya había muchas ganas de sumar el trofeo 22 y dar una alegría a la afición. Los rojiblancos lo habían intentado en dos ocasiones previas, pero se perdió contra el Zaragoza en la final de 1966 y contra el Valencia en 1967. Así que el nuevo desplazamiento a Madrid para jugar contra el Elche se vivió como la oportunidad definitiva para no cerrar la década de los 60 en blanco. Debido a la pobre trayectoria en la Liga -el Athletic finalizó undécimo-, la afición se volcó en la final de Copa como nunca, y viajaron a la capital de España más de 23.000 hinchas, que pudieron celebrar por fin un éxito de su equipo pese a los problemas que hizo pasar el Elche de Roque Máspoli al Athletic de Rafa Iriondo.
Mañana, 51 años después de aquella final, el duelo no reviste la misma épica ni la misma trascendencia para los dos equipos. Son unos dieciseisavos de final donde el Elche tratará de hacer valer el factor campo para dar la sorpresa, mientras para el Athletic el partido tiene el componente de sacar adelante la eliminatoria para avanzar en su torneo favorito.
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