La Real, ante su partido de la temporada
El equipo de Sergio Francisco afronta un derbi fundamental para encadenar su segunda victoria, dejar atrás las dudas y consolidar su proyecto
Igor Barcia
Viernes, 31 de octubre 2025, 01:36
Una de las sentencias clásicas del derbi es que los aficionados del Athletic aseguran que para la Real y sus seguidores éste es el partido ... del año. Una afirmación que aplicada al duelo de este sábado en Anoeta (18.30 horas) es rigurosamente cierta. Porque este encuentro ante los de Ernesto Valverde es de esos que marca una temporada. Después de un pésimo arranque, ganar al Athletic puede suponer para el grupo de Sergio Francisco y para el propio entrenador un antes y un después. Eso que tantas veces se dice de un punto de inflexión. Para la Real Sociedad, ganar el derbi no solo supondría la satisfacción de ganarle al vecino, sino una dosis de vitamimas reales y morales para borrar el pasado y empezar a dibujar un nuevo camino en la temporada 2025-26.
Primero los datos. Tras sacar la cabeza en las dos últimas jornadas con un empate ante el Celta y victoria ante el Sevilla, la Real se encuentra ante la doble oportunidad de ganar dos partidos consecutivos y de sumar siete de nueve puntos, que permitirían a los donostiarras tomar aire respecto a los puestos de cola que han frecuentado desde prácticamente la primera jornada. Además, serían dos triunfos seguidos en Anoeta, lo que confirmaría la idea de ser fuertes delante de su afición. Esto, unido al triunfo copero ante el modesto Negreira, firmaría una semana perfecta y la primera con Sergio Francisco al frente con motivos para la esperanza. Aquí se entra ya en el terreno anínico, porque la Real necesita una dosis de confianza en un proyecto que ha arrancado con muchísimas dudas y que de sacar adelante el derbi sería la primera vez en la que se podría hablar de optimismo, de consolidación y casi de futuro.
Porque si algo ha quedado claro en estas diez jornadas de Liga es que el sustituto de Imanol Alguacil ha estado en entredicho desde que asumió el cargo y desde que comenzaron a llegar las primeras derrotas y los primeros problemas. La gran pregunta es: ¿Es Sergio Francisco el culpable de los males del equipo? La respuesta fácil por parte de los aficionados es que sí, que no está preparado para dirigir una plantilla de Primera con aspiraciones europeas y tomar el relevo de un entrenador que marcó una etapa importante en la historia txuri urdin, con esa presencia en la Champions incluida. Se le achaca que el equipo no sabe a lo que juega, que es demasiado frágil a nivel defensivo, que le cuesta un mundo marcar y que sus cambios no son acertados.
¿Pero todos los problemas llevan su nombre? ¿Tiene la Real una plantilla como para pensar en cotas altas? Desde 2022, el club que preside Jokin Aperribay ha ido perdiendo –vendiendo en su mayor parte– a Alexander Isak, David Silva, Alexander Sorloth, Robin le Normand, Mikel Merino y Martin Zubimendi. Una lista de primeros espadas que afectaría notablemente a cualquier equipo y que lo está sintiendo la Real. Sobre todo porque los sustitutos no están a la altura. Han llegado extranjeros como Sadiq, Oskarsson, Zakharyan o Sucic por los que el club ha pagado más de 60 millones de euros y cuya aportación está muy lejos de la inversión. Y este curso ha incorporado a Caleta Car, Herrera, Carlos Soler y Guedes, de los que se espera mucho pero que de momento apenas se les ha visto.
El papel de Erik Bretos
En este punto, la diana de las críticas se gira hacia otro protagonista, el director deportivo Erik Bretos, sustituto de Roberto Olabe con quien trabajó codo con codo y al que se acusa de haber maniobrado este verano tarde y mal. Lo último habrá que verlo en función del rendimiento de sus incorporaciones, pero lo primero es cierto. Sergio Francisco empezó la Liga con solo un refuerzo, el del defensa croata, los exvalencianistas llegaron con el torneo empezado y ha tenido que esperar a que se integren y tomen el ritmo a la competición y su única petición, la de Yangel Herrera, no ha tenido presencia porque llegó lesionado y ha vuelto a sufrir un contratiempo que le impedirá estar en el derbi.
Ante este panorama, la Real queda en manos del de siempre. Como se vio frente al Sevilla, Mikel Oyarzabal asumió el mando y ejerció de capitán, de goleador, de líder y de lo que hiciera falta para tirar del equipo. En torno a él se agrupa una plantilla con futbolistas con talento como Brais Méndez o Barrenetxea, que ha dado un paso al frente, y jóvenes con futuro como Gorrotxategi, titular indiscutible como pivote después de su enorme campaña el pasado año en el Mirandés. A otros se les espera, como es el caso de un Take Kubo con problemás físicos y al que la Real necesita por su desborde y su capacidad de remate.
El tiempo pasa y Sergio Francisco sobrevive mientras espera que sus piezas encajen por fin y el equipo funcione como él quiere, como cuando dirigía a un filial al que impulsó hacia el ascenso a Segunda División. Pero la Liga no espera. Ganar al Athletic le daría tiempo y una dosis de confianza al entorno. Pero perder le puede poner de nuevo con un pie en la salida. El derbi es, por tanto, decisivo.
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