De Marcos celebra un gol junto a Sancet. El Correo

Nadie puede con De Marcos

Desde que en 2015, tras la marcha de Iraola, se hizo conel carril del '2', el Athletic no ha dejado de buscarle sin éxito un relevo de garantías

Viernes, 18 de octubre 2024, 00:52

En los dos últimos partidos del Athletic, ante el AZ Alkmaar y el Girona, fue inevitable detenerse a valorar la figura de Óscar de Marcos. ... Y más en concreto, a destacar la jerarquía futbolística que todavía mantiene a sus 35 años. Frente a los holandeses, salió en el minuto 56 en sustitución de Gorosabel y su entrada en el campo le dio otro aire ofensivo al equipo. Contra los catalanes, tres días después, fue titular y uno de los futbolistas más destacados de un partido loco. Es cierto que la temporada no ha hecho más que empezar y que la nota que saque el futbolista de Laguardia no se sabrá hasta su conclusión en mayo. De hecho, lleva tres años renovando únicamente por una campaña, siempre pendiente de dar el nivel que él mismo se exige. Ahora bien, a la espera de que el capitán rojiblanco se haga su propio veredicto, lo que se puede dar por descontado, al menos de momento, es que una hipotética retirada suya crearía un serio problema al Athletic.

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Esto es así por una debilidad que el club viene arrastrando desde hace diez temporadas, es decir, desde que, una vez retirado Andoni Iraola en 2015, su amigo Óscar De Marcos, futbolista polivalente donde los haya, capaz de jugar de delantero, lateral o volante ofensivo, se convirtió en el lateral derecho titular. Nos referimos a la imposibilidad de encontrarle un relevo de verdaderas garantías.

Indiscutible

Convertido en el dueño del carril del '2', De Marcos ha sido indiscutible durante las diez últimas temporadas. A lo largo de esta década, el club no ha dejado de buscarle un recambio. Y no se trataba de que desconfiase de él, que siempre ha mostrado una regularidad espectacular. Sólo en dos ejercicios, el 2010-11, en el que Joaquín Caparrós no le dio mucho carrete, y el 2019-20, machacado por las lesiones, su participación fue escasa. En las demás, ha funcionado como un reloj. En las dos últimas, de hecho, ha sumado la friolera de 76 partidos. Buscarle un relevo ha sido, por tanto, una cuestión de prudencia. Lo mínimo que se le puede pedir a una buena plantilla es que doble jugadores en cada puesto. El Athletic lo ha intentado, pero en líneas generales no se puede decir que haya tenido éxito.

Volvamos a 2015. Tras la marcha de Iraola, la sucesión por parte de De Marcos fue algo natural. Sólo les faltó pasarse el testigo sobre el césped. El Athletic, como es lógico, quiso entonces protegerse. Fichó a un antiguo canterano como Eneko Bóveda, que llevaba cuatro temporadas en el Eibar jugando a un buen nivel, y promocionó desde el filial a otro bilbaíno, Iñigo Lekue. Ambos tuvieron una participación interesante aquel primer año y acumularon partidos y minutos, gracias también a su polivalencia. Bóveda estuvo dos temporadas, aunque en la segunda perdió presencia y al terminar fichó por el Deportivo. Y Lekue continúa en la plantilla, siempre sumando minutos pero con un rendimiento irregular y, desde luego, sin llegar a sentirse nunca titular.

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También procedente del Eibar como Bóveda, aterrizó en 2018 Ander Capa. El portugalujo llegó pisando fuerte y llegó a discutirle la titularidad a De Marcos. En la campaña 2019-20, cuando el de Laguardia sufrió un calvario con las lesiones que le hizo pensar en la retirada, Capa se hizo con su puesto. Eso sí, no acertó a conservarlo. Ya la campaña siguiente perdió jerarquía y en las dos siguientes prácticamente desapareció. Digamos que De Marcos era mucho De Marcos cuando no tenía problemas físicos.

Para la campaña 2020-21, el Athletic fichó a Petxarroman, un lateral derecho procedente del Sanse. Era una prueba, una moneda al aire de esas que se hacen a coste cero por si suena la flauta, al estilo de la que se hizo el año pasado con Martón. La flauta no sonó, el chaval sólo aguantó una campaña y acabó fichando por el Andorra. Ahora juega en el Deportivo. Al tiempo que Petxarroman llegaba a Lezama en el Athletic ocurría otra cosa interesante, de mucha trascendencia: Jesús Areso fue apartado del Bilbao Athletic.

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El futbolista de Cascante, fichado en 2017 del juvenil de Osasuna tras pagar los 450.000 euros de su cláusula, era la gran promesa de Lezama para el lateral derecho. En la campaña 2019-20, llegó a entrar en una convocatoria del primer equipo. Gaizka Garitano le había tenido en el filial y confiaba en él como un gran valor de futuro. De hecho, quiso que hiciera la pretemporada con él, al igual que Vencedor, Zarraga y Morcillo. El navarro, sin embargo, no las tenía todas consigo. Después de tres años en el filial consideraba que había llegado la hora definitiva del salto, de que merecía una oportunidad para convertirse en el relevo de De Marcos. O dicho de otro modo: de que no merecía que dos futbolistas como Lekue y Capa detuvieran su progresión. El caso es que se negó a renovar –Osasuna ya le había sondeado para su regreso– y el Athletic decidió apartarlo y condenarlo un año al dique seco.

Las consecuencias de todo aquello se siguen pagando hoy. Jesús Areso, tras sufrir una grave lesión y pasar un año de 'mili' en el Burgos, se asentó la temporada pasada en Osasuna con Iagoba Arrasate y ahora es indiscutible con Vicente Moreno. En el fondo, el navarro no ha hecho sino cumplir las previsiones. Mientras tanto, el Athletic sigue con su búsqueda. Esta temporada ha fichado a Gorosabel, un futbolista con experiencia en la Real y el Alavés, de perfil medio-bajo, para que Valverde pueda airear a De Marcos. Yha cedido a Hugo Rincón, otro ribero como Areso, al Mirandés, donde por cierto se estrenó como goleador el pasado domingo. Si aprovecha su cesión, la próxima temporada entrará en el primer equipo, ya sea para competir con su capitán, si este continúa, o para luchar por su puesto.

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