La titularidad de Herrerín, un premio con controversia
Garitano sorprende al prescindir de Unai Simón, el Zamora de la Liga, y meter en su lugar a Herrerín en un once con muchos cambios
Iago Herrerín sabía desde el sábado que el de ayer iba a ser su primer partido como titular. Su pareja estaba en Butarque para ... ser testigo del importante momento. Regresaba en un estadio de gran simbolismo para él. Aquí brilló entre noviembre de 2016 y mayo de 2017.
La decisión significaba dejar en el banquillo a Unai Simón, el Zamora de la Liga con sólo un gol encajado en cinco partidos. «Tenemos dos grandes porteros y creo que Iago se lo merece porque está entrenando muy bien. Hay tres partidos esta semana y he decidido ponerle. Unai lo está haciando muy bien, pero Iago también trabaja bien. Me gusta tener a los dos porteros vivos». Justificó el entrenador. No quiso ir más allá cuando se le cuestionó si jugará ante el Valecia, pero el sentido de sus palabras dio la impresión de que Simón regresará a la portería.
Herrerín era la gran novedad en un once ya de por sí revolucionario del entrenador y que incluía otros cuatro cambios. En el eje de la defensa apareció Unai Núñez, las bandas fueron para Larrazabal (debutante) y Córdoba y en el centro jugó Beñat por Unai López.
Su regreso al once cogió se sorpresa al propio Herrerín. «No me lo esperaba porque es difícil que se mueva una pieza como el portero. Eso significa que el mister está contento con los dos y es algo que ya nos dijo».
El portero admitió que comenzó nervioso. Eso le costó un par de imprecisiones en balones jugados con el pie. Se entonó al poco. Así llegó su gran momento, una brillante parada a un disparo abajo desde fuera del área de En Nesyri.
El gol del empate le coloca en el centro del debate. «Para unos será cagada y para otros no. Sé que esto va así», admitió. «He ido a tapar mi palo. En caso de verla, era un balón mío», resumió. Y siguió «es un balón muy tocado. Tanto yo como la barrera podemos hacer más».
La jugada arrancó con una mala decisión de Beñat, que cometió una imprudente falta al borde del área. Gaizka Garitano había advertido a sus jugadores sobre el peligro en el lanzamiento de Óscar Rodríguez, cedido por el Real Madrid. «Es uno de los mejores en esta especialidad en la Liga», le elogió el entrenador.
El asunto fue tratado en la charla técnica. En caso de que tuviera una falta, la barrera debía saltar. Herrerín se lo recordó a sus compañeros antes del golpeo. Lo hiceron. La pelota pasa entre Beñat y Núñez. Baja muy rápido, al estilo de lo que sucede con los golpeos del exrojiblanco Aketxe, y entra por el medio de la portería.
La escena deja en entredicho a Herrerín. El portero se decfiende. «Ha pegado antes de que pitase el árbitro. Yo iba a proteger mi palo, que es lo que tengo que hacer. Si me pilla bien colocado cuando pita el árbitro, el balón habría sido mío».
Una de las grandes sorpresas del inicio de la campaña fue el cambio de Herrerín por Simón. El primero es un portero acostumbrado a remar contracorriente. «No confiaba en nada al inicio de la campaña porque palos en el fútbol me han dado muchos. He hecho cosas bien y no he jugado. He hecho cosas mal y he jugado».
El portero mantiene que en esta situación se encontraba ante una encrucijada. «Tenía dos opciones, o vernirme abajo y entrenar de nala leche todos los días o ir a entrenar a tope. El mister habla de forma bueba de cómo estoy trabajando».
El sábado ante el Valencia volverá muy probablemente Unai Simón. «No confío en nada», admitió el portero.
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