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Al Real Madrid nunca se le olvidará el viaje a Pamplona, una auténtica pesadilla que provocó que el rival del Athletic en la semifinal de la Supercopa del jueves (21 horas) duerma tres noches en la capital navarra, viaje este lunes a Málaga sin pasar por casa, y se dejara dos puntos ante Osasuna. Pero también derivó en un enfrentamiento, soterrado, entre la entidad blanca y la Liga. No entiende el club de Florentino que no se adelantara el duelo del sábado –fue a las nueve de la noche– con un parte meteorológico tan negativo.Considera que le perjudicó.Solo hace falta ver las quejas de Zinedine Zidane y Courtois al término del choque. «No ha sido un partido de fútbol, se tenía que haber aplazado», clamó el preparador. «Ha sido lamentable lo que nos han hecho», tronó el portero belga.Toni Kroos puso la cordura. «No hay excusas por el estado del campo».
¿Hubiera dicho el galo lo mismo si su equipo hubiera ganado y el Barcelona no le pisara ya los talones? Pero la realidad habla de un desplazamiento complicada, que comenzó el viernes en Barajas.El Madrid estuvo cuatro horas en el avión antes de despegar hacia Pamplona por las borrasca 'Filomena'. Y no han regresado a Madrid porque las autoridades no les aseguraban el aterrizaje en el aeródromo Adolfo Suárez. Por eso, hoy irá a Málaga, escenario de su encuentro frente a unAthletic que despegó el viernes con 60 minutos de retraso de Loiu, volvió a Bilbao al ser imposible aterrizar, y el sábado, a primera hora, se encontró con la suspensión del choque contra el Atlético en el Wanda por la imposibilidad de desplazarse y porque tampoco se garantizaba el buen estado del césped; un tiempo que Marcelino invierte en afinar su receta.
Por cierto, la responsabilidad de que el avión del Madrid despegara fue del piloto, según explicó ayer José Luis Ábalos, ministro Transportes, Movilidad y Agencia Urbana. Además, para echar más sal a la herida y enconar la relación con la Liga, la patronal aseguró que le ofreció viajar ayer a Madrid vía Valladolid, pero que el club blanco lo rechazó: el plan era un vuelo hasta la capital castellana desde Pamplona y luego en autobús.
Una polémica más después de un sábado de dudas. En el Sadar, los operarios se afanaron para que la nieve no provocara la suspensión del partido.Pero a Zidane no le gustó.Y se quejó. Más allá de eso, el Madrid tampoco es que ofreciera el fútbol necesario para superar a los navarros.
El vigente campeón de la Supercopa solo disparó una vez a puerta. Y eso que sobre el verde estaba su tridente ofensivo: Hazard, Asensio y Benzema. Tras tanto contratiempo, hoy viajarán a Málaga, para enfado del técnico. «No sé cuándo volveremos a casa», dijo el sábado. De momento, aún no.
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