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La personalidad del Athletic en Old Trafford permitió a la familia rojiblanca soñar con la remontada durante una hora de partido. En ese tiempo, los ... rojiblancos demostraron que los mensajes previos en los que se veían capacitados para dar la vuelta a la eliminatoria eran reales, no simples brindis al sol. El Athletic salió a por todas al Teatro de los Sueños e hizo pasar una noche de pesadilla a los más de 70.000 hinchas del United, que veían cómo sus jugadores eran incapaces de contener a un rival espoleado por el golazo de Jauregizar.
Pero el 0-3 de la ida se confirmó como una losa demasiado pesada de levantar para los futbolistas bilbaínos, que pasada la hora de partido sufrieron un cortocircuito por diferentes causas. La fatiga acumulada, los cambios y la efectividad del rival hundieron al Athletic, que se llevó un correctivo totalmente injusto tras lo visto en el partido. Ni el aficionado más optimista del United hubiera augurado el 4-1 final cuando a la hora de encuentro el Athletic ganaba 0-1 y apretaba en busca del segundo. Una de las grandes diferencias de esta semifinal fue el acierto goleador de un equipo al que anoche le bastaron cinco llegadas para marcar cuatro tantos a Julen Agirrezabala.
La misma cara pese a cuatro bajas fundamentales
No era un plan sencillo, desde luego, buscar la remontada con cuatro bajas de titulares indiscutibles. En Old Trafford no estuvieron Nico Williams, Iñaki Williams, Oihan Sancet y Dani Vivián, pero a pesar de semejante pérdida de capital futbolístico, el Athletic salió al campo fiel a su estilo de juego, con el plan de siempre. Presionar arriba, no dejar respirar al United y llegar rápido a la portería de Onana. Lo más llamativo es que los rojiblancos jugaron a favor de obra, porque pese a tener tres goles de ventaja, el Manchester fue un manojo de nervios incapaz de dar tres pases seguidos y cuyo único objetivo en la primera parte fue que pasara el tiempo para mantener el tesoro conquistado en San Mamés. Galarreta y Jauregizar, bien ayudados por Unai Gómez, no dieron opción al centro del campo rival, por lo que la mayor parte del primer tiempo se jugó en terreno del United.
El gol de Jauregizar fue un claro ejemplo de presión para provocar el error del adversario: recuperación cerca del área y un gran remate para meterse de lleno en la eliminatoria.
Berenguer, más acertado que Djaló en la banda
Fueron los sustitutos de los hermanos Williams en las bandas. Berenguer actuó por la izquierda, mientras que Djaló lo hizo por la derecha. Y mientras el navarro creó muchos problemas a la defensa del United -aunque le faltó más acierto a la hora de los centros-, el exfutbolista del Sporting de Braga volvió a perder una buena ocasión para reivindicarse. La defensa del equipo de Amorim no era la más expeditiva a la que podía enfrentarse Djaló, pero fueron pocas las veces en las que ofreció soluciones al equipo rojiblanco.
El United resucita con sus primeros tres cambios
A la hora de partido se llegó con el Athletic volcado en busca del segundo tanto y un United para el que no pasaban los minutos. Pero fue el momento decisivo de la vuelta de la semifinal, porque los cambios sentaron muchísimo mejor a los ingleses que a los bilbaínos. Valverde dio entrada a Olabarrieta, De Marcos y Prados, mientras Amorim metió en el campo a Shaw, Amad y a un Mount que se convirtió en el jugador que lo cambió todo.
Con Mount en el campo, el United empezó a tener una idea de juego que no había tenido en todo el partido. Y el gol del empate que anotó en el minuto 72 llevó al Athletic a desaparecer. En apenas 19 minutos el equipo rojiblanco encajó cuatro goles, lo que reflejó un resultado irreal para lo que se había vivido hasta entonces en Old Trafford.
El Athletic termina agotado y desanimado
Con el marcador en contra, al Athletic se le vino encima toda la fatiga que acumula en esta temporada tan intensa y se mostró incapaz de hacer frente a un United al que había tenido maniatado durante buena parte del partido. Pero los británicos necesitan muy poco para hacer daño y, como sucedió en la ida, son muy peligrosos cuando huelen sangre. De nuevo ofrecieron un gran ejercicio de efectividad y castigaron a un Athletic que no se merecía semejante derrota. «Hemos bajado demasiado los brazos. Entiendo que acusemos la decepción, pero hay que aguantar de pie», lamentó Valverde.
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