Un parón para acabar la pretemporada
Valverde necesita aprovechar estas dos semanas para afinar a su equipo, todavía escaso de rodaje y también de eficacia en ataque
Digiriendo todavía la dura derrota ante el Atlético, Valverde no quiso dejar que su equipo se fuera al parón liguero sin mandar antes un mensaje ... de optimismo. O al menos de calma. «Hay que estar tranquilos porque vamos a ir a más», aseguró. Se podrá decir que el técnico rojiblanco no podía decir otra cosa, que estaba obligado a expresar su convencimiento de que las cosas van a ir a mejor. Y es cierto. Pero también lo es que Valverde tiene razones para confiar en sus jugadores. Y no sólo por lo que le ofrecieron la temporada pasada sino porque, en realidad, este arranque de Liga no está siendo tan diferente al de la anterior como pudiera parecer, al menos en lo que al juego se refiere.
Otra cosa es que el equipo haya sumado tres puntos menos (4 frente a 7) y haya marcado la mitad de goles (3 frente a 6), dos datos de peso que influyen mucho en las valoraciones. Ahora bien, si uno escarba un poco en las estadísticas de estos cuatro partidos y los compara con las del anterior enseguida comprueba que la diferencia no ha estado tanto en el juego como en la efectividad. Un dato que sorprenderá a algunos. Tras enfrentarse a Real Madrid, Osasuna, Betis y Mallorca, los rojiblancos habían firmado 12 remates entre los tres palos sobre un total de 40. Este año son 11 sobre un total de 37. Hablamos, pues, de una producción ofensiva similar, sólo un poco peor. Eso sí, con una menor eficacia y por qué no decirlo, también con menos suerte.
Datos
3 goles
han marcado los rojiblancos. La pasada temporada llevaban seis.
11 remates
lleva el Athletic entre los tres palos. El año pasado sólo sumaba uno más.
Como decía ayer en estas páginas Juan Carlos Latxaga a lo peor los vientos están cambiando para el Athletic, al que el año pasado no se le hubiera escapado la victoria en un partido como el del sábado. «Si hubiera tenido que llegar un gol salvador en el último minuto hubiera sido a favor, como sucedió en alguna ocasión». Hablar de la fortuna es siempre un terreno resbaladizo, pero negar su importancia en un juego como el fútbol es absurdo. Recordemos, por ejemplo, cómo Unai Gómez acabó marcando el año pasado aquel gol ante el Betis en el minuto 84 que supuso la remontada. El sábado, por el contrario, hizo una magnífica jugada en el 87 entrando hasta la cocina y su pase atrás no encontró rematador.
Con estos pequeños detalles se escribe la historia de los equipos. Y el que lo dude que se pregunte -y se conteste con sinceridad- de qué estaríamos hablando hoy si el Athletic llega a marcar en esa jugada del bermeano y hubiese ganado el partido. Elogiaríamos al equipo por su segunda victoria consecutiva y celebraríamos la prolongación de su extraordinaria racha en San Mamés y que pudiera irse al parón de septiembre con muy buenas sensaciones, ya instalado de nuevo en la parte alta de la tabla.
El Athletic se enfrentará a la Unión Deportiva Las Palmas, Leganes y Celta en una semana antes de debutar en Europa
Dicho esto, volvamos al principio de este texto, a la afirmación de Valverde de que su equipo va a ir a más cuando regrese la competición. La pasada temporada, desde luego, sí que lo hizo. Fue creciendo a partir de primer parón y hasta el final de la primera vuelta sumó nueve victorias, cuatro empates y sólo dos derrotas. Números de un equipo de Champions. No va a ser nada fácil repetir algo así, sobre todo si se tiene en cuenta que los rojiblancos comienzan a finales de este mes su participación en la Europa League, un sobreesfuerzo que, salvo los más veteranos de la plantilla (De Marcos, Berchiche, Unai Núñez, Yeray, Lekue, Ander Herrera e Iñaki Williams), la mayoría de los jugadores desconoce.
Un estilo asentado
Ahora bien, los pupilos de Valverde tienen una ventaja cuando de mejorar sus prestaciones se trata: que que conocen perfectamente el camino a seguir. Dani Vivian, uno de esos futbolistas que merecen ser escuchados con atención, lo explicó bien el sábado, todavía sufriendo con la estocada que acaba de darles el Atlético de Madrid. «La actitud y todas las características que tiene este equipo las tenemos claras y creemos en ellas , y la derrota sólo sirve para todavía tener más hambre de la que teníamos e ir a por ello». Tenía razón el central vitoriano: el Athletic es ante todo un grupo con un estilo definido, con unos conceptos muy interiorizados y asumidos. Necesita desplegar una gran energía, imponer un ritmo muy al juego y a la presión para ser competitivo. Cuando lo hace se convierte en un equipo de alto nivel, un hueso para cualquiera.
Volver a serlo es el objetivo para cuando vuelva el fútbol dentro de dos semanas. Será con tres partidos en apenas ocho días, ante el Las Palmas y el Leganés fuera y el Celta en casa. Valverde podrá trabajar con el grupo durante este parón como no ha podido hacerlo a lo largo de la pretemporada por culpa de lesiones, ausencias y pruebas varias. El equipo necesita ser afinado para que vuelva a sonar bien, y, sobre todo necesitan afinarse algunos futbolistas fundamentales que la pasada campaña marcaron la diferencia y en esta todavía no se les ha visto. Pensemos, por ejemplo, en los hermanos Williams y en Guruzeta.
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