Dani García y Vencedor, la pareja simbólica

Decimos esto último porque Dani García y Vencedor siempre habían sido vistos en el Athletic como dos jugadores del mismo corte, destinados a pelear por el mismo puesto, el de medio centro defensivo. De hecho, cuando hace tres años el canterano de Rekalde ya sonaba como una opción prometedora para el primer equipo siempre se le ponía ese pero: el de tener por encima al recién fichado Dani García. Gaizka Garitano siempre pensó de esta manera. No se trataba tanto de que fueran incompatibles sino de que no se complementaban lo suficiente como para que el equipo se beneficiase de su mezcla y las virtudes de uno compensaran los defectos del otro. Y viceversa. Con el técnico de Derio, de hecho, Dani García y Vencedor sólo comenzaron juntos un partido como titulares, ante el Real Madrid en Valdebebas.

Marcelino fue de otra opinión casi desde el principio. En concreto, desde su segundo partido al frente del Athletic, la semifinal de la Supercopa. En el primero apostó por Vencedor y Vesga, pero para aquel duelo de tanta exigencia en La Rosaleda optó por prescindir del vitoriano y juntar al de Rekalde con el de Zumarraga, un jugador fuerte en defensa, agresivo y con mucho sentido posicional. La experiencia fue muy del gusto de Marcelino y la repitió en la final. Desde aquel día, salvo algún experimento, el entrenador de Careñes no tuvo dudas sobre su pareja de medios centros titulares.

Y continúa sin tenerlas. Dani García y Vencedor han sido titulares en 10 de los 13 partidos disputados. Sólo se perdieron el del Rayo, donde hubo rotaciones masivas, el del Espanyol -no jugó Dani García- y el del Cádiz, donde el que no entró en el once fue Vencedor. El balance de las diez apariciones es muy ilustrativo: seis empates y cuatro victorias. El Athletic no conoce la derrota. Y no sólo eso: sólo ha encajado cuatro goles. Conclusión: Dani y Unai aportan solidez al equipo. Trabajan duro, ocupan bien los espacios, no arriesgan nada con el balón... Por delante de un portero de máximo nivel, de dos grandes centrales y de dos laterales volcados en guardar su parcela acaban siendo un armazón casi de hierro.

El problema, evidentemente, está en el área rival. Con esta pareja de medios centros técnicamente limitados, escasos de velocidad, con poca capacidad para traspasar líneas y casi nula llegada al área rival, el fútbol del Athletic chirría y se espesa sin remedio en muchos partidos. La falta de creatividad es evidente y esta temporada ha quedado plasmada en un dato demoledor: sólo uno de los once goles del equipo -el 1-0 de Raúl García al Villarreal- ha llegado en jugada, tras una serie de pases bien dados. El resto cayeron en el saco en acciones a balón parado (6), en propia puerta del rival (1) o en robos tras errores de bulto de los defensas contrarios (3).

Ahora que, dolida e indignada por los disgustos vividos ante el Cádiz y el Levante, la afición rojiblanca se pregunta qué va a hacer Marcelino con sus jugadores del frente de ataque, tampoco parece descaminado preguntarse si su apuesta por Dani García y Vencedor puede ser tan contumaz. O dicho de otro modo: si no hay manera de encontrar otra mezcla más equilibrada para la medular rojiblanca. Y es que, como cualquier otro equipo sin gol, sólo tirando de armadura el Athletic no puede aspirar a nada interesante.