Padilla renueva hasta 2029 antes de su inminente cesión al Pumas mexicano

El acuerdo se firmó en Ibaigane en presencia del presidente, Jon Uriarte, y del director general de Fútbol, Mikel González. En la línea trazada por la Junta Directiva para los nuevos contratos, la vinculación de Padilla tiene una estructura salarial con un componente de variable por objetivos.

Padilla irrumpió en el primer equipo por una cuestión de necesidad. Unai Simón pasó por el quirófano tras la Eurocopa para tratarse su maltrecha muñeca derecha, mientras que Agirrezabala se lastimó tres vértebras en los primeros entrenamientos de la pretemporada. De la noche a la mañana el espigado cancerbero (1,9 metros) tuvo que asumir la responsabilidad de defender la portería del Athletic apenas unos meses después de rendir a buen nivel en Segunda Federación, la cuarta categoría.

Llegó su debut en agosto ante el Getafe. Aunque no evitó el gol de Uche que supuso el amargo empate, el internacional mexicano se lució ante una Catedral entregada. Lo hizo además demostrando un temple para nada habitual en un canterano –llegó a Lezama con 15 años– debutante. «Me eché una siesta de dos horas antes del partido. Luego ves que San Mamés se va llenando, empieza el partido, te ves ahí... Un poco nervioso sí que te pones», reconoció en una charla con EL CORREO en octubre. Su segundo partido fue ni más ni menos que ante el Barcelona, al que desesperó pese a la victoria culé. Lewandowski sigue teniendo pesadillas con él tras una de las paradas del campeonato.

Agirrezabala se recuperó pero Padilla volvería a tener hasta tres oportunidades más. El de Rentería sufrió unas molestias ante el Celta y fue expulsado en la recta final contra el Sevilla. Además de esos dos ratos completó aquel partido loco frente al Girona en el que el Athletic desperdició hasta tres penaltis antes de caer en el minuto 100 precisamente con un tanto de Stuani de pena máxima que Padilla rozó. Todo aquello ocurrió en septiembre y desde entonces se ha limitado a «trabajar y aprender lo máximo de los dos».

La lógica decía que algo debía hacer el club con su situación para no interrumpir su fulgurante progresión. Bajarle al filial, en Primera Federación, tampoco parecía la mejor opción. Así que una cesión resultaba lo ideal para ambas partes, más todavía después de la prolongación de su vínculo. Ibaigane se asegura un portero de garantías para el futuro y Padilla minutos que le permitan seguir creciendo. Su salida se hará oficial en los próximos días -«esperamos que se resuelva pronto», dice Valverde- y la pujante liga mexicana, donde el portero se reencontrará con su familia de origen materno, será la competición en la que crecerá. Será un puma más, aunque no dejará de ser un león.