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El gran ambiente previo en una Glasgow teñida de rojiblanco se remató con una espectacular kalejira en la que casi 2.000 aficionados peregrinaron a ... Ibrox para empujar al Athletic en la ida de los cuartos de final de la Europa League ante el Rangers. Una serpiente zurigorri que dejó boquiabiertos a su paso a los vecinos de la capital escocesa y que fue un broche perfecto a una fiesta previa que tuvo como epicentro George Square, el Pozas elegido para la ocasión.
La marcha convocada por el grupo de animación Iñigo Cabacas Herri Harmaia arrancó del centro de la ciudad, a la altura del número 100 de calle Trongate Street, a las cinco y media de la tarde hora escocesa. Fue casi una hora y media de procesión llena de cánticos, bufandeos y brazos al cielo para empujar al Athletic en su lucha europea. Lo hizo en todo momento bajo una estrecha vigilancia policial. El paso lo abrían varias furgonetas de la Policía, junto a una decena de agentes a pie que escoltaban la marcha.
Antes de su inicio, los miembros de ICHH recibieron instrucciones sobre cómo proceder por parte de las autoridades. A las bufandas y camisetas rojiblancas también les acompañaron botes de humo y muchas banderas de Irlanda. Los viandantes a su paso se quedaron impresionados con el impresionante ambiente. La anécdota de la marcha se producía cuando algunos seguidores del Celtic de Glasgow, eterno rival del Rangers, jaleaba a los del Athletic. Su respaldo ha sido correspondido a gritos de «Celtic, Celtic» por parte de los bilbaínos.
Reinó el buen ambiente durante la marcha, aunque se vivió cierta tensión con la aparición de una veintena de radicales, todos vestidos de negro al grito de «Herri Norte aurrera». Este grupo radical lo forman cerca de un centenar de personas. La mayor parte de ellos no tienen vetado el acceso al estadio. En un momento determinado la Policía británica les ha colocado en cabeza de la movilización, aunque finalmente han sido apartados de la marcha con la que cerca de un millar de personas se dirigían a Ibrox.
Era evidente que los convocantes de la marcha no querían mezclarse con ellos cuando se encontraban al frente por indicación de las autoridades. En los instantes en los que no han podido evitarles porque la Policía británica les embolsaba y obligaba a ir juntos, realizaban distintas maniobras como frenar para marcar distancias y que se separasen de ellos.
Antes de la kalejira, miles de aficionados calentaron motores en George Square, el punto de encuentro marcado por el Rangers que se convirtió en el Pozas escocés. Desde las diez de la mañana se empezó a notar el fenomenal ambiente. Aficionados llegados desde Bilbao, Getxo, Gernika, Minglanilla (Cuenca), Londres, Soria... Las peñas mostraron una hermandad total.
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