«Meter en el último minuto en San Mamés es lo más bonito del mundo»

Siempre es difícil acertar con niños, pero desde luego aquella evaluación queda muy en entredicho. Unai Gómez brilla como un gran mediopunta. Saltó al campo en el minuto 66 por Sancet, que tuvo un partido espeso, y lo resolvió con un cabezazo de fe a falta de treinta segundos. Menos mal que en 2019 regresó a Lezama para incorporarse al juvenil B reclamado por la anterior dirección deportiva desde el Danok Bat.

Unai Gómez no sólo fue el héroe del partido. También fue el jugador que cambió el partido. Sancet no estaba fino y Valverde lo relevó. En su lugar apostó por Unai Gómez y no por el capitán Iker Muniain.

El Athletic no había estado cómodo. El Las Palmas dejó claro de salida que no iba a ser una perita en dulce. Su línea de cinco centrocampistas soportó con entereza las acometidas rojiblancas y le discutió la pelota. Es un recién ascendido que ha decidido salvarse con buen gusto por el fútbol y que dejó una magnífica impresión. Al lado del Atlético del sábado parecía el Manchester City.

Incapaz de generar un torrente de ocasiones, Valverde retiró a dos de sus cuatro puntas -Guruzeta y Sancet- para dar paso a Berenguer y Unai Gómez. Hubo un clarísima mejoría y por fin el equipo rojiblanco se dedicó a bombardear el área canaria, pero el efecto Valles parecía bastarse para anular a los rojiblancos.

Hasta que al borde del final el Las Palmas se fue arriba. «Me quedo más triste porque pensábamos que íbamos a marcar la última jugada y nos hemos quedado desprotegidos», lamentó García Pimienta, el entrenador de los canarios.

Los amarillos pidieron falta a Sandro en esa jugada que acabó en el gol rojiblanco. «La vara de medir no es la misma para todos los equipos. Casi siempre salimos perjudicados nosotros. Si el árbitro decide que no es falta, nos callamos y nos la tragamos como siempre», lamentó el portero, el mejor de largo de su equipo.

El Athletic comenzó a atacar. Unai Gómez cogió la pelota. Abrió a la banda a Iñaki Williams y siguió con su carrera hacia el área rival. El extremo centró, el guardameta sevillano despejó y la pelota le llegó a Unai Gómez que se lanzó con una fe extraordinaria. «Voy a ver si me cae y tengo la suerte de que es así», dijo el goleador. «Ni he visto entrar la pelota. Me he enterado de que era gol cuando la gente ha empezado a gritar. Ha sido un subidón de adrenalina brutal. Meter en el último minuto en San Mamés es lo mejor del mundo», resumió entusiasmado. «Ha sido un gol de coraje», destacó su entrenador.

Se trata de su segunda diana. Ya anotó ante el Betis en la tercera jornada. Valverde advirtió anoche que apuesta por jóvenes como Prados, Unai Gómez o Jauregizar por lo que le aportan hoy no con la mirada en el futuro.

Y se deshizo en elogios hacia el bermeotarra. «Ha estado muy bien. Nos ha dado mucho despliegue porque tiene una entrada desde segunda línea muy fuerte. Es valiente, va al espacio, va de cabeza, tiene un buen pie, sabe lo que se hace y tiene un buen disparo».

«La gente en Bermeo está muy feliz con Jauregizar y conmigo porque hace tiempo que no salían jugadores del pueblo y ahora estamos dos», se alegró Unai Gómez.

Su tanto de tres puntos de otro y permite además al Athletic olvidarse de la maldición de los penaltis que comienza a sobrevolar de nuevo. En cuatro días se han fallado dos por parte de Sancet y Guruzeta. Se acabó la racha de tres seguidos anotados. El Athletic se reafirma así como líder inalcanzable en la clasificación de penaltis fallados en las ligas del siglo XXI. Ya son 49. Le sigue el Barcelona con 39.