¿Fue mejor el Athletic del 84 o el actual? Elige tu favorito puesto por puesto

¿Qué Athletic es mejor, aquel de la última final de Copa ganada en 1984 o el actual, el que piensa ya en traer el trofeo desde Sevilla? Es inútil inicar este tipo de discusiones, la brecha de 40 años entre uno y otro es excesiva. El fútbol ha cambiado, sus protagonistas también y nosotros, los espectadores y aficionados, tres cuartos de lo mismo.

Pero es divertido entrar en el juego. Y para hacerlo más ameno, te proponemos combinar los jugadores de una y otra alineación para configurar tu súper equipo. Elige a uno por demarcación (un 'once' más dos cambios, como se permitía en 1984) y al final del artículo verás en cuánto coincides con el resto de aficionados.

¿Zubi o Agirrezabala? ¿Goiko o Vivian? ¿Dani o Iñaki? Ninguna elección será fácil, pero tendrás que mojarte. Las descripciones de Juan Carlos Latxaga y Jon Rivas te ayudarán a recordar a cada jugador.

En la final de 1984 contra el Barcelona, Andoni Zubizarreta era un portero consagrado que unas semanas después acudiría con la selección a la Eurocopa de Francia como suplente de Arconada y pilar indiscutible de un equipo que ya había ganado dos Ligas y buscaba el quinto doblete de su historia. Para cuando se puso bajo los palos del Santiago Bernabéu en aquella final, acumulaba 141 partidos como rojiblanco y un prestigio ganado en tres temporadas que le confirmaba como heredero de Iribar cerrando definitivamente el debate sobre la sucesión. En aquellos tiempos el portero titular lo jugaba todo, así que ya no había discusión posible.

Julen Agirrezabala también ha debutado joven, a los veinte años, pero llega a esta final interpretando un papel secundario, a la sombra de un Unai Simón que ya es un referente en la portería, gracias a que en los últimos años los entrenadores están optando por cambiar de portero según la competición, por aquello de mantener activos a los dos de la plantilla. Julen saldrá por el túnel de vestuarios de La Cartuja acumulando una exigua experiencia de 31 partidos en la élite en los que ha sacado a relucir sus excelentes condiciones pero que no dejan de ser pocos para tanta responsabilidad.

¿Con quién te quedas?

Oscar De Marcos y Santi Urkiaga tienen muchas cosas en común. Como tantos otros defensas laterales ambos llegaron a esa posición después de ocupar puestos más adelantados en el comienzo de sus carreras. Urkiaga no fue precisamente un dechado técnico, como tampoco lo es De Marcos, pero ambos tienen en común una fortaleza física fuera de lo corriente que les permite compensar con creces ese punto débil.

Ambos comparten un estilo de juego similar, basado en la entrega incondicional hasta el último aliento en cada partido. Y por qué no decirlo, una forma de entender el juego con una nobleza y deportividad que a veces puede rayar en la ingenuidad.

¿Con quién te quedas?

Comparado con sus compañeros, Iñigo' Rocky' Liceranzu era un futbolista tosco, de gran fortaleza física pero escasos recursos técnicos que difícilmente podía optar a un puesto que se consideraba bien cubierto. Pero, además de fortaleza física, Liceranzu tenía una fortaleza mental decisiva para superar sus limitaciones y aferrarse a una titularidad que ya no soltó en cuando le dieron una oportunidad

Aitor Paredes guarda algunas similitudes con Liceranzu. Es un tipo duro, un central como deben ser los centrales según los cánones clásicos, expeditivo y poco dado a las contemplaciones. Sin un físico excesivamente poderoso, la determinación con la que se desenvuelve le permite ganar duelos a rivales de mayor envergadura.

Una curiosidad une a estos dos tipos duros. Aitor Paredes nació un 29 de abril, pero del año 2000. Dieciséis años después de que Liceranzu marcara aquel histórico gol 3.000 que valió una Liga.

Y tu, ¿con cuál te quedas?

Dani Vivian transmite una seriedad y un saber estar dentro y fuera del campo que no son habituales. Su discurso destila un sentido común muy alejado de la habitual colección de tópicos. Lo mismo de alejado que se le ve de la estética al uso de la mayoría de los futbolistas. El socio le ve como un futbolista del Athletic de toda la vida: serio, formal y fiable. En este terreno mantiene un duelo más que interesante con otro dechado de sensatez como Unai Simón.

Vivian juega con el número tres a la espalda, pero muy bien podía haber heredado el cinco de Andoni Goikoetxea, un número que han lucido los grandes centrales del Athletic. También 'Goiko' dejó traslucir su madera de líder desde sus primeros pasos en el primer equipo.

'Goiko' permanecería 13 temporadas escribiendo páginas inolvidables de la historia del club. Su foto celebrando el gol que le marcó al Lech Poznan en la Copa de Europa el mismo día en el que se hizo pública su sanción de 18 partidos de suspensión por la lesión de Maradona se ha convertido en uno de los iconos rojiblancos; es la imagen viva del rugido del león.

¿Con quién te quedas?

Dicen que los polos opuestos se atraen. En el caso de 'Txato' Núñez y Yuri Berchiche podemos concluir que su único punto de encuentro se encuentra en el lateral izquierdo. Si apuramos un poco, podríamos añadir que ambos son guipuzcoanos, uno de Tolosa y el otro de Zarautz. Es difícil encontrar dos futbolistas defendiendo la misma camiseta y la misma posición con personalidades tan opuestas. Frío y eficaz uno; explosivo e impredecible el otro.

¿A cuál de los dos llevas a tu 'once'?

En medio del chaparrón de buenas noticias que nos está deparando el Athletic este año, el descubrimiento de Beñat Prados es una de las mejores. Y no puede decirse que lo tuviera fácil al comienzo. Estamos ante un futbolista que no se arruga, que, como se dice en el argot, 'rasca' en cada disputa, y que sabe lo que tiene que hacer con la pelota en los pies. Más que su juego, es sobre todo su personalidad en el campo, la que recuerda sin duda a aquel Patxi Salinas que debutó a los diecinueve años mirando a los ojos a cualquier rival que se le pusiera delante.

En la final ganada al Barcelona, Patxi Salinas fue una pieza fundamental en la estrategia diseñada por Clemente. El técnico apostó por reforzar con músculo el centro del campo como primera barrera de contención, y eligió a Patxi en lugar del habitual Gallego, para acompañar a De Andrés y a Urtubi.

Elige a uno de los dos:

Miguel De Andrés quería ser defensa central, mejor dicho líbero, esa posición que inventaron los italianos para dar la última vuelta de llave al 'catenaccio'. Cualidades tenía de sobra y no era el único convencido de que podía haber sido uno de los mejores de Europa en esa posición. Pero por necesidades de guion le tocó jugar unos metros más adelante, como medio centro. Y también triunfó porque De Andrés tenía cualidades de sobra para llegar lejos en el fútbol.

Iñigo Ruiz de Galarreta también ha nacido para ser futbolista. Llegó a Lezama siendo alevín y desde el primer momento quedó claro que si las cosas no se torcían aquel chaval estaba llamado a triunfar en el primer equipo. También tenía cualidades de sobra para conseguirlo. El problema es que las cosas se torcieron. Esa es la razón por lo que le ha costado unos cuantos años más que a De Andrés y un largo peregrinaje, asentarse en el primer equipo rojiblanco.

¿Cuál es tu preferido?

En sus mejores momentos, Urtubi era el jugador que llevaba al Athletic de atrás hacia delante. Era una fuerza desatada de la naturaleza. En eso coincide en gran medida con Unai Gómez, cuya irrupción en los partidos todavía sorprende al público de San Mamés, como sorprendió en Celtic Park con aquel gol a los dos minutos de partido tras agarrar un lanzamiento desde fuera del área con su zurda: la misma pierna que utilizaba Ismael Urtubi para destilar su fútbol. Los dos son esa clase de jugadores que, en un momento dado del partido, arrastran al resto del equipo con sus arrancadas.

Pero tienes que elegir uno...

Posiblemente, en los tiempos actuales, Txetxu Gallego sería un jugador muy cotizado por sus características. Era técnicamente bastante dotado. Comenzó a jugar como punta de lanza y, en característica similar a la de Sancet, cuando encontraba espacio de frente, salía como un cuchillo hacia el área contraria. El gol que le marcó al Real Madrid en el Bernabéu para una victoria por 2-4, que se puede ver en internet, es una obra de arte, recibiendo en el medio campo y superando en velocidad y con regate a los jugadores que le salían al paso. Sabía, como Sancet, darse la vuelta y encarar. Era poderoso físicamente y fue retrasando su posición porque Clemente y los entrenadores posteriores valoraban mucho su brega y su trabajo defensivo.

El juego de Sancet, que ha perdido su indiscutible condición de titular en los últimos partidos, es imprevisible para los defensas. Su manera de darse la vuelta con el balón controlado y encontrar los espacios vacíos está restringido a los elegidos.

¿Con cuál te quedas?

¿En qué se parecen Dani Ruiz Bazán e Iñaki Williams? En poco, o en mucho, según cómo se mire, porque para un delantero, marcar goles es su valor sustancial, y los dos son extremos con vocación de delantero centro, y anotadores. Basta ver los números que adornan a Iñaki la presente temporada. Dani, cuando los futbolistas no llevaban un número fijo toda la temporada, jugaba siempre con el 7 a la espalda; Iñaki lleva el 9, aunque se mueven mucho mejor por la derecha que por cualquier otra parte del campo, y siempre en las cercanías del área.

Dani, como lo es ahora Iñaki, era generoso e incansable. Los títulos que consiguió con el Athletic le llegaron sobrepasada ya la treintena, era un veterano con ascendencia sobre sus compañeros. De hecho, él levantó la última Copa rojiblanca hace cuarenta años. Williams también empieza a ser una referencia en el vestuario del Athletic, y sobre todo, una gran influencia para su hermano Nico, muy joven todavía y al que trata de inculcarle los valores que él ya tiene.

Los dos son magníficos, pero debes quedarte solo con uno:

Endika fue titular en la final de 1984 en detrimento de Sarabia, porque su misión principal iba a ser la de tapar los espacios de Bernd Schuster, impedirle al futbolista alemán que pensase. A Clemente le salió tan bien la jugada que, además, Endika marcó el gol de la última victoria rojiblanca en la Copa en un remate con la zurda pese a ser diestro.

EL CORREO, en un reportaje previo a la final de Copa de 1985, lo definía: «Honrado en el campo, bastante limitado técnicamente, sus fuertes son la velocidad, el contragolpe y los remates de cabeza».

Guruzeta, aparte de ser más elegante en sus movimientos, cuando transita por el césped, el hecho de que sus compañeros de equipo le apoden 'Benzema', tal vez en broma, tiene un fondo de realidad. Los números del delantero centro del Athletic mejoran los que han conseguido los dos puntas que De la Fuente llevó en la última cita internacional. Entre goles y asistencias, Guruzeta suma 16 acciones directas de gol, por 10 de Joselu y 16 de Morata.

Elige el tuyo para tu once:

Comparar a Manolo Sarabia con cualquier otro jugador que haya pasado por el Athletic es una cuestión complicadísima, porque era de los futbolistas que salían de un molde que se destruía. Era imposible modelar otro como él. Era un artista, un genio, un mago capaz de sacar un conejo de la chistera, de sorprender en cada partido con algo nuevo, asombroso. Pocos futbolistas que han vestido de rojiblanco se han parecido a él.

Alex Berenguer es un jugador con talento, con velocidad y buen regate, que sabe buscarse los espacios en el área y tiene una magnífica relación con el gol. Juega casi siempre de extremo por la izquierda, cuando Sarabia actuaba con preferencia como delantero centro, e incluso se sabe adaptar a otras posiciones.

Estanis Argote jugaba con una zancada larga y elegante, con la pelota pegada al pie. Sus centros todavía se añoran en San Mamés por quienes le vieron jugar. Buscaba llegar hasta la línea de fondo y, desde allí, con un amago siempre hacia fuera, se abría el espacio suficiente como para colocar la pelota en el lugar indicado, siempre tocada, con fuerza y con rosca hacia fuera, ideal para el remate del delantero.

Nico Williams, aunque juega en la misma posición, no realiza las mismas funciones. El pequeño de la saga busca encarar al contrario y desestabilizarle con un regate o una bicicleta. Es imprevisible por su velocidad y electricidad. Además, por su manejo de las dos piernas, a veces cambia de lado y entra por la derecha para buscar la línea de fondo. No se recrea en el regate, sino que tiene el fin de desbordar al defensa para, casi siempre, centrar en busca del remate del delantero.

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