... Y llegó la efectividad

Tras el descanso navideño, y mas allá de la presencia del covid en todas las plantillas, los rojiblancos visitaban El Sadar con una alineación muy reconocible y con la intención de mantener las buenas sensaciones de las últimas jornadas para conseguir una victoria que permitiera recortar distancias y empezar a escalar posiciones.

Pues bien, el Athletic lo consiguió. Mantuvo el nivel mostrado en las semanas anteriores y lo único que cambió con respecto a los últimos partidos fue la efectividad que mostraron de cara a gol ya que las ocasiones se estaban generando pero no se estaban materializando.

Además de la efectividad mostrada, tenemos que destacar varias cosas positivas de los rojiblancos en la noche de ayer. Lo mejor fue la capacidad de reacción mostrada por los de Marcelino después de encajar un gol en el inicio de partido. Las transiciones rápidas y verticales unidas a la gran actuación de un inspiradísimo Sancet, que consiguió un hat trick. La solvencia defensiva mostrada por el equipo a partir del gol encajado. Corregir los desajustes de los primeros minutos fue clave para conseguir el objetivo y poder mirar hacia arriba.

Cristina Pintor

Un gran premio moral

Todos los enfrentamientos entre Athletic y Osasuna han generado a lo largo de la historia sentimientos especiales entre jugadores y aficiones. Raíces; exequipo; familiares y amigos en el otro lado de la balanza... Son encuentros que representan mucho más que los tres puntos. Un victoria en El Sadar es un gran premio moral. Bien saben de esto Muniain, Berenguer y Sancet. Además, este choque nos dejó una cara conocida en la figura del míster del club navarro. El exleón Bittor Alkiza sufría en la banda en un encuentro en el que estaba al mando de los rojillos, ante la ausencia de Jagoba Arrasate. Tal era la tensión que generó el choque, que vio la tarjeta amarilla por no respetar el área técnica. Por su parte, Rubén Uría desgastó el verde de la banda del banquillo rojiblanco dando órdenes. El Athletic desarrolló su fútbol habitual con entrega, presión y ritmo. Las bandas funcionaron, las salidas fueron rápidas, la defensa estuvo seria y el centro del campo, fuerte.

La gran diferencia con los partidos anteriores fue la efectividad. Tres jugadas muy bien trenzadas y tres remates certeros. Los rojiblancos remontaron el gol inicial de Kike García gracias a un 'hat-trick' de Sancet que pudo haber marcado más. Todavía tiene que estar dándole vueltas a este encuentro, el claro ejemplo de cómo todo puede salir redondo. La historia rojiblanca celebra los 4.000 partidos oficiales del Athletic con una gran victoria moral y con tres puntos de oro que acercan al equipo a la zona donde siempre tiene que estar. En este día para recordar aparecerá grabado el nombre de Sancet. Por delante, toda una carrera para seguir creciendo.