Unai Gómez recuerda cada vez más a Urtubi. Es una fuerza de la naturaleza
Sumar siempre es positivo y mucho más cuando las piernas pesan, se afronta el encuentro con una alineación muy novedosa y los dos perseguidores, Betis y Real Sociedad, pierden
En circunstancias como las vividas por el Athletic esta semana se suele hablar de la segunda unidad, o sea, los suplentes de toda la vida. ... Cuando el trabajo se acumula es normal que el entrenador recurra a los menos habituales para refrescar el equipo. En los vestuarios también se suele hablar mucho de mantener la concentración y de aislarse de los impulsos externos que desvían la atención de lo primordial, es decir, del partido inmediato. Por todo esto, el encuentro que completó este domingo el Athletic tiene un mérito añadido: se presentó con una alineación muy novedosa y respondió con un alarde de aplicación.
Nos habíamos pasado la semana hablando de la Copa. Antes del jueves calculando las posibilidades del equipo y después, soñando despiertos con la final. La inminente visita de todo un Barcelona estaba pasando desapercibida, al menos para el entorno. Afortunadamente, los que tenían que tener el partido muy presente, Valverde y los jugadores, no perdieron la concentración. Gracias a su profesionalidad sumaron un punto que es bienvenido porque todo lo que sea sumar en estas circunstancias es positivo.
La resaca del fiestón del jueves podía ser de época, así que había motivos para la preocupación, sobre todo cuando se anunciaron las alineaciones. Imanol y Prados en los laterales, un Yeray entre algodones en el centro, Unai Gómez en la media punta y, de remate, Dani García y Vesga, antaño sospechosos habituales, en la sala de máquinas. Si le añadimos la ausencia de Nico Williams, el cansancio acumulado y la más que comprensible descompresión de la caldera que fue San Mamés tres días antes, la cosa no estaba precisamente para recibir con optimismo al Barcelona.
Y, sin embargo, tras las dudas iniciales, el Athletic se asentó en el campo, se hizo con el mando del partido y obligó al Barcelona a un juego de pases horizontales que no conducían a ninguna parte. Es verdad que el equipo de Xavi facilitó bastante las cosas. Fue un grupo plano, timorato, sin decisión para ir a por un rival mermado.
En ese escenario, el Athletic fue creciendo apoyado en los más jóvenes. Cuando las cosas ruedan bien y la autoestima está por las nubes todo es más sencillo porque hay atrevimiento, ganas de hacer cosas y, sobre todo, convencimiento de que pueden salir bien. Al margen del resultado, que no es malo aunque corte una racha de diez victorias consecutivas, el partido nos dio la oportunidad de observar que, a lo mejor, el Athletic tiene más laterales de los que creíamos. Imanol García de Albéniz completó un partido más que meritorio que, sin duda, habrá elevado unos cuantos puntos el nivel de confianza de su entrenador.
En el otro lado, Prados, improvisado lateral derecho, brilló menos y sufrió más que en el centro del campo, pero también estuvo más que cumplidor. Y qué decir de un Unai Gómez que se llevó la ovación de la noche cuando fue sustituido. El de Bermeo recuerda cada vez más a aquel Urtubi del equipo campeón, una fuerza de la naturaleza rebosante de energía que lo mismo roba que conduce en una carrera espectacular. Ante el Barcelona tuvo además la pausa que le había faltado en anteriores ocasiones para tomar mejores decisiones.
A este Athletic que se sacó de la manga Valverde le faltó, sobre todo, el filo que ha estado luciendo habitualmente en casa. Es noticia que el equipo se quede sin marcar en San Mamés. De hecho solo ocurrió en la primera jornada ante el Real Madrid. Y es más noticia si cabe que Ter Stegen se fuera sin necesidad de hacer una sola parada. Tampoco tuvo que hacerla Unai Simón; el balón que salvó Yeray bajo el larguero fue producto de una jugada suelta provocada por un mal despeje. La diferencia es que unos se presentaron con todo, hasta las lamentables lesiones de De Jong y Pedri, y los otros llegaban al partido con demasiados condicionamientos como para exigirles al máximo.
Por eso, el punto hay que darlo como bueno, más después de las derrotas de los dos perseguidores, Betis y Real Sociedad. Sumar siempre es positivo, mucho más cuando las piernas pesan y hay que hacer un esfuerzo para mantener la cabeza sobre los hombros.
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