
Incapaz de aprovechar su ventaja
Análisis ·
Los rojiblancos no rentabilizaron la temprana expulsión de un jugador del Rangers por una falta sobre Iñaki WilliamsJuan Carlos Latxaga
Viernes, 11 de abril 2025, 00:29
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Los rojiblancos no rentabilizaron la temprana expulsión de un jugador del Rangers por una falta sobre Iñaki WilliamsJuan Carlos Latxaga
Viernes, 11 de abril 2025, 00:29
Cría fama y échate a dormir. El Athletic llegó a Glasgow con la etiqueta de favorito, o al menos eso dijo el entrenador del Rangers ... cuando le preguntaron. Así que el equipo escocés adoptó gustoso el papel de víctima y planteó un partido a la contra desde el arranque. Cuando a los doce minutos el árbitro expulsó al central Propper, el Rangers encontró el argumento perfecto para cerrar más sus filas. Si la responsabilidad de llevar el peso del partido le correspondía al equipo superior, con más razón cuando además se quedaba en ventaja numérica con más de ochenta minutos por delante.
Le tocaba al Athletic gobernar el partido y aprovechar la ventaja que se encontró de la forma más inesperada. Pero a los de Valverde últimamente se les están atragantando los equipos cerrados. El Athletic necesita un rival valiente para lucirse. En el toma y daca, en el ida y vuelta por los huecos que se abren cuando se va a buscar la victoria, encuentran los rojiblancos vida y fútbol. Cuando se enfrentan a una coraza no ven la forma de encontrar un resquicio hacia la portería contraria. A estas alturas del curso ya lo sabe toda Europa. Antes lo descubrieron rivales que están a muchos puntos en la Liga que consiguieron salir indemnes de San Mamés. Sabíamos que el Athletic no sabe jugar cuando se queda en inferioridad. Lo suyo es perder un jugador y sufrir un cortocircuito.
Anoche comprobamos que tampoco sabe jugar en superioridad. Lo de la Roma debió de ser la excepción que confirma la regla. Hacía falta paciencia y cabeza fría para saltar el cerrojo del Rangers, sí, pero, sobre todo, era imprescindible mantener un ritmo alto, imprimir velocidad a la pelota y ganar los duelos, sobre todo en las bandas, que, como dicen los clásicos, y ayer estábamos en un escenario histórico, al fútbol se juega por los extremos.
Seguro que en las próximas noches a Nico Williams se le aparecerá en sueños Tavernier. Ni una sola vez consiguió irse del capitán del Rangers durante todo el partido. En el otro lado su hermano Iñaki tampoco tuvo su noche más lucida, así que la cosa quedó en lo que podían hacer Galarreta y Jauregizar conectando con Sancet. Poca cosa, porque el navarro no fue ni la sombra del futbolista de antes de la lesión hace mes y medio.
Ese es algo menos del tiempo que ha transcurrido desde que Maroan salió de Lasesarre y apareció en Ibrox, uno de los templos del fútbol británico. No tiene que ser fácil para un novato, salvo que sea un proyecto de crack, responder con acierto a tanta responsabilidad, y Maroan es novato pero no parece que vaya para crack. Así que, con uno más en el campo lo único que tuvo el Athletic fue paciencia; de todo lo demás, nada de nada.
Ayer fue uno de esos días en los que es mejor no levantarse de la cama. El transcurrir de los minutos solo servía para ir descartando todas las hipótesis positivas. Por ejemplo, que con los cambios mejoraría la cosa. Error. Por ejemplo, que el cansancio acabaría haciendo mella en los escoceses. Nuevo error. En cambio se iba confirmando que el Athletic seguía conduciendo con las luces apagadas, fiel a su esquema inicial y cambiando hombre por hombre a pesar de que los cuatro defensas podían haber organizado una partida de mus y no se hubiera notado porque los de Ferguson desistieron definitivamente de cruzar la divisoria hasta el último minuto. Rice se retiró lesionado en camilla y diez minutos después Berenguer consiguió marcar en una jugada tan confusa que acabó en gol anulado y penalti a favor, otra virguería del VAR, penalti que el propio Berenguer falló de manera lamentable. Lo del Athletic y los penaltis da para una tesis.
Entre lesiones y visitas al VAR el árbitro prolongó el partido doce minutos, y en esa prolongación otro futbolista local se fue en camilla, dejando ocho camisetas azules y el portero en el campo. Quedaban apenas cuatro minutos para lograr lo que no se había conseguido en toda la noche, pero, lo que son las cosas, el partido acabó en un saque de esquina favorable al Rangers, con los rojiblancos marcándose unos a otros a falta de rivales.
Fue una penosa exhibición de impotencia de un Athletic que no puede aferrarse a ninguna excusa para explicar su incapacidad. El Rangers no necesitó ni recurrir a eso que por estos pagos llaman el otro fútbol. No hubo un segundo perdido, ni una protesta, ni un fingimiento.
Los dos lesionados se fueron en camilla. Los escoceses solo jugaron con el reloj cuando se quedaron con nueve en el minuto 98. Se ganaron el empate en buena lid.
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