Regreso a Altabix

El partido que perpretaron el Athletic y el Elche recordó a aquellos que jugaron en el viejo campo Iribar y diez más

Domingo, 19 de octubre 2025

Los años gloriosos del Elche a finales de los sesenta y principios de los setenta del siglo pasado, –que escribir estas cosas ya da cierto ... vértigo– se desarrollaron sobre el ya desaparecido campo de Altabix, a un kilómetro de donde se ubica el Martínez Valero, que está en medio de un secarral y se construyó para el Mundial de 1982. Cuentan, quienes lo vivieron, que jugar allí era muy complicado, a veces casi un infierno.

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Con el terreno de juego irregular y duro como una carretera, y las gradas literalmente encima de los jugadores, a pocos metros de la línea de banda y en posición elevada, sacar un buen resultado de Altabix, pese a la modestia del equipo ilicitano, era un ejercicio complicado. Hay un vídeo en internet de un partido que el Athletic perdió allí en 1978, filmado originalmente en Super 8, que recrea muy bien el ambiente que se vivía en aquel campo.

El partido que perpetraron el Athletic y el Elche, en un campo que parecía algo seco pero no como los de antaño, ni mucho menos, y las gradas alejadas del terreno de juego fue en algunos momentos como los que Iribar y diez más tuvieron que disputar en el desaparecido Altabix. Esta vez fueron Unai Simón y diez más quienes tuvieron que apechugar con un ambiente que se enrareció cuando al señor del VAR se le ocurrió llamar al árbitro para que valorara una posible expulsión de Vivián por mano, y el colegiado tuvo que salir del trance señalando una falta previa. Ninguna de las dos cosas lo era, ni falta ni expulsión, y actuó con buen criterio, aunque el ambiente, con la inestimable complicidad del entrenador local y sus futbolistas, protestándolo todo desde ese momento, se crispó durante muchos minutos.

Entre eso y que el Athletic no acababa de entrar en el partido, aquello se estaba convirtiendo en un producto difícil de digerir. Faltas y más faltas; protestas y más protestas, y de vez en cuando una parada de Unai para tranquilidad de sus compañeros y los aficionados del Athletic que lo veían por televisión, o allí mismo en las gradas, porque el Elche actual, todo hay que decirlo, juega al fútbol mejor que aquel de hace décadas.

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Espeso, difícil de tragar, el partido fue un despropósito en el que, además, los hombres de Valverde ni siquiera dispararon a portería durante los 90 minutos, de hecho, la única parada de Iñaki Peña llegó en el 91. Tuvieron la mejor ocasión cuando Nico Williams, recién aparecido en el choque, estaba todavía efervescente y protagonizó una jugada brillante que acabó en los pies de su hermano Iñaki, que en vez de disparar a la primera no se sabe qué quiso hacer. Por lo demás, nada de nada. Sudor a mares, eso sí, que a los jugadores rojiblancos nada más se les puede exigir en ese aspecto, pero juego, lo que se dice juego, pues lo mismo que cuando concurrían hace cincuenta años en el viejo Altabix y se tenían que buscar la vida en aquel ambiente inhóspito, tan diferente al que se encontraban en el acogedor San Mamés. Al menos, esta vez, el resultado no es tan malo como el del día que un aficionado local al Super 8, lo plasmó en celuloide y quedó para los restos. A la vista de lo que vimos, ni tan mal en el regreso a Altabix.

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