El número 18 queda vacante
Sería gratificante que un joven como Mikel Jauregizar, que tantas veces ha pedido el consejo de su capitán, tomara el relevo
Me da la sensación de que el resultado del partido de San Mamés no era lo más importante de lo que sucedió anoche en el ... campo rojiblanco. Ganó el Barcelona, 0-3 creo recordar, pero a nadie le importa eso. En cambio, el homenaje a Óscar De Marcos quedará en el recuerdo de muchos de quienes acudieron a la Catedral. Cuando el fútbol está cada vez más mercantilizado y los valores se diluyen, el capitán del Athletic ha demostrado durante 16 temporadas que se puede ser buen futbolista, rendir al máximo siempre, ganar títulos y además exhibir esos valores que le han hecho ser mejor persona que jugador, que ya es decir.
Nadie sabe, salvo él, y no estoy seguro de que lo sepa todavía, lo que querrá hacer en el futuro. Pero se ha merecido ese descanso después de tantos años al servicio del Athletic. Se lo han ganado su mujer, su hijo y sus dos hijas, que le tendrán más tiempo en casa, porque la vida de un futbolista, que no es la peor que se puede tener, sí que es un trajín importante de viajes, de concentraciones, de entrenamientos, de compromisos y de fines de semana fuera de casa. Seguro que en esto coinciden todos los seguidores del Athletic, Óscar se merece todo lo bueno que le puede pasar de ahora en adelante.
Queda por despejar la incógnita del número 18, el que ha llevado a su espalda durante tantos años, porque después de que De Marcos lo portara se ha convertido en un guarismo emblemático en el club. No se puede olvidar que ese 18 lo llevó siempre Carlos Gurpegui, el capitán del que Óscar aprendió muchísimas cosas.
Cuando el navarro jugaba en el Athletic, el hombre que ahora se despide utilizaba el 10, un número que cualquier futbolista desea llevar y que se cotiza en cualquier vestuario, así que cuando su compañero se retiró del fútbol decidió cedérselo a Iker Muniain y empezar a utilizar ese 18, que se convirtió en un símbolo desde entonces.
Ahora queda vacante. Y como en el fútbol no es posible retirar camisetas al igual que en otros deportes, habrá que estar muy al tanto de qué futbolista empieza la próxima temporada con él. Sería gratificante que algún joven como Mikel Jauregizar, al que tantas veces se ha visto pedir el consejo de su capitán, tomara el relevo. Y si no es él, sería deseable que algún otro jugador con futuro y que esté dispuesto a empaparse de los valores del club como lo hizo De Marcos desde su llegada se ponga ese 18.
A última hora de la noche, casi ya de madrugada, hablaba Valverde en la sala de prensa de que una de las razones por las que ha renovado es la unión de ese grupo que dirige, que obedece incondicionalmente todas sus órdenes, que les pide muchas cosas y siempre responden por complicadas que sean. Eso es lo que De Marcos, con el 18 a la espalda, ha hecho siempre y ha transmitido que debe hacerse a las generaciones que llegaron tras él. Queda Iñaki Williams, su gran amigo, al mando de las operaciones y es una garantía. Pero hay que buscar otro 18 que recoja el testigo para cuando el gran hermano mayor decida también seguir el camino de Óscar, porque en el fútbol nadie es eterno.
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