Acción en la que Unai Simón no acierta a despejar y posibilita el gol del Alavés. Ignacio Pérez

No está tan mal el empate

Las piernas pesan, como es lógico, y las ideas no fluyen a la misma velocidad después de jugar tres partidos en una semana, pero, pese a todo, el Athletic sumó un punto en Mendizorroza

Domingo, 15 de diciembre 2024, 20:06

Un viaje a Vitoria siempre es agradable, al margen de los resultados. Llovía al salir de Bilbao, había algo de niebla en Altube, donde la ... temperatura ya era bastante baja, y en Vitoria lucía ese sol engañoso que oculta un frío casi polar. Por las calles cercanas a Mendizorroza resultaba complicado circular, porque se estaba corriendo una media maratón y aunque los primeros llegaron antes de las 12 del mediodía, los últimos seguían corriendo un par de horas más tarde, así que encontrar aparcamiento fue más difícil que otras veces. Pero lo importante era el fútbol, otro derbi para pelear los puntos, para seguir sumando de tres en tres, esa dinámica feliz que nos está malacostumbrando.

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Y no fue, desde luego, el mejor partido del Athletic en la presente temporada. Las piernas pesan, como es lógico, y las ideas no fluyen a la misma velocidad después de jugar tres partidos en una semana, pero, pese a todo, sumó un punto. Es lo que les suele pasar a los buenos equipos. Pudo ganar, pero en ningún momento dio la sensación de que iba a perder, así que el empate no parece un mal resultado. Sumar siempre es importante, y el viaje a Vitoria de un buen puñado de seguidores rojiblancos mereció la pena, pese al frío.

Fue un partido duro de pelar, todo hay que decirlo, porque aunque el Athletic empezó bien, con criterio, y superando al Alavés en casi todas las facetas del juego, se fue enredando después hasta llegar casi a la intrascendencia. Lo olfateó Coudet antes de que terminara la primera parte, y en la segunda ordenó un cambio a los suyos, que buscaron el fútbol más directo, y la cabeza, el pecho y las piernas de Kike García, que les hizo pasar muy mala tarde a Vivián, Paredes y cualquiera que se acercara a sus dominios, porque es una pared en la que rebotan sus rivales. Por fortuna, quienes le acompañaban por allí no conectaron demasiado con él, aunque fue una amenaza de principio a fin.

Habrá que ser positivos y pensar que queda una semana para preparar el partido de Pamplona

En Mendizorroza siempre hay muy buen ambiente, aunque algunos se empeñaran en silbar cada vez que Unai Simón tocaba la pelota, como si fuera el enemigo público número uno de los alavesistas, tal vez porque es una cuña de la misma madera. El portero regresó a la alineación en un partido de Liga. No jugaba en el torneo desde que la temporada pasada, en Vallecas, fue sustituido en el minuto 60 para asegurarse el trofeo Zamora. Se marcha de Vitoria con la frustración de haber encajado un gol, el primero en la presente temporada, que es algo que a los porteros no les gusta nada, pero es su oficio, y pasan estas cosas.

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En fin, que habrá que ser positivos y pensar que el Athletic tiene ahora toda una semana para preparar el partido contra Osasuna, otro choque frente a un equipo que será duro de pelar, olvidada la competición europea hasta enero. Habrá tiempo para recuperar energía y viajar a Pamplona con otras hechuras. Y olvidarse, claro, de esa oportunidad perdida en el último minuto, y ese empujoncillo de Vivián a su marcador que privó al equipo de una victoria sobre la bocina. ¿Hubiera sido justa? Puede que sí, aunque tampoco el empate es un resultado injusto.

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