Tristeza y desconcierto
Es lamentable que en un fútbol tan regulado como el actual no exista un protocolo conocido por todos sobre cómo actuar en los partidos en caso de emergencia médica
Solemos quejarnos los aficionados de que cada vez entendemos menos este nuevo fútbol hipermoderno en el que ya no podemos ni celebrar los goles sin ... correr el riesgo de que, en unos pocos segundos, todo nuestro gozo se vaya a un pozo séptico porque el balón le ha rozado el codo a un futbolista que estaba de espaldas. Por decir algo. Ayer el desconocimiento de las nuevas leyes del fútbol nos hizo vivir una tarde de tristeza y desconcierto tras producirse un supuesto muy desagradable que, por fortuna, no se da con frecuencia en los partidos: el de la grave emergencia médica.
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Corría el minuto 17. El Athletic ganaba 0-1 y dominaba con autoridad un partido cuyo destino había empezado a escribirse muy rápido con dos acciones contrapuestas, una en cada área: un paradón a los 24 segundos de Unai Simón a Uzuni y, poco después, un error grotesco de Ferreira a un cabezazo de Iñaki Williams. Ortiz Arias detuvo el partido después de que el portero rojiblanco se dirigiera a uno de los asistentes y le anunciara que, desde hacía varios minutos, había un revuelo en la grada, a la parecer por el desmayo de un espectador. Efectivamente, un aficionado del Granada -luego se supo que era Antonio Trujillo, un vecino de Salobreña de 64 años y socio del club nazarí desde hace 18- había sufrido un paro cardíaco.
Los médicos fueron a atenderle y, a partir de ahí, fue imposible saber a qué atenerse durante un rato muy largo. Nadie sabía cuál era el protocolo. Y se trataba de un desconocimiento absolutamente justificado, ya que, aunque parezca una broma, no existe ningún protocolo. En estas situaciones, según aclaró enseguida en la radio ese aclarador profesional que es Iturralde González, debe imperar el sentido común. Ni más ni menos que el sentido común. No dirán que no resulta curioso. Con la cantidad de reglas, disposiciones, leyes y normativas que hay en el fútbol no existe una que deje muy claro cómo hay que actuar en caso de una grave emergencia médica en las gradas.
A partir de la ignorancia, por supuesto, empezaron a llover preguntas como si fueran confeti en una fiesta de Nochevieja. ¿Se reanudaría el partido? ¿Para que eso fuera posible era obligado que el paciente evolucionase favorablemente y pudiera ser evacuado al hospital? ¿Habría que esperar todo el tiempo que fuera necesario a que los médicos dieran el OK y certificaran que el hombre estaba fuera de peligro? ¿Se suspendería en caso de fallecimiento o a partir de un cierto tiempo transcurrido desde la suspensión?
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El Athletic quiso desde el principio que el partido se reanudara hoy y Competición le acabó dando la razón
Por desgracia, se confirmó la peor de las previsiones y el encuentro se suspendió tras el fallecimiento del espectador, del que fueron informados los dos clubes y el trío arbitral. La megafonía del estadio, sin embargo, no informó del deceso cuando anunció la suspensión, que los aficionados encajaron con una deportividad exquisita, hasta con aplausos. Algo ejemplar. Por cierto, ni los comentarista de DAZN se enteraron en directo del fallecimiento y despidieron su transmisión deseándole al hombre «una pronta recuperación».
Mientras los espectadores abandonaban el estadio, continuó la confusión. La LFP, siempre atenta a los desvelos de los hinchas, salió rápido al quite para aportar tranquilidad y comunicó en X (Twitter) que la fecha y la hora del partido serían «anunciados próximamente». ¡Pues sólo faltaría!, pensamos todos, molestos con ese adverbio inaceptable. ¿Qué significaba próximamente? ¿En las próximas horas o en los próximos días? Con este interrogante en la cabeza comenzamos a especular sobre cuándo se reanudaría el Granada-Athletic. Porque tampoco para estas cuestiones existe un protocolo que deje las cosas más o menos claras. Por ejemplo, que en caso de suspensión por emergencia médica el partido tenga que reanudarse al día siguiente -para alterar lo menos posible las condiciones del juego- siempre y cuando ninguno de los dos equipos tenga otro compromiso en los tres o cuatro días siguientes.
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En un primer momento cobró fuerza la posibilidad de que el Granada-Athletic se reanudase hoy. Este era el deseo de los rojiblancos y lo cierto es que parecía lo más lógico, la mejor opción. El Granada, sin embargo, no estaba de acuerdo, quién sabe si por cálculos deportivos -viendo el nivel de los rojiblancos es probable que el Cacique Medina no quisiera volver a verlos tan pronto- o porque el club nazarí consideró que debía guardar al menos un día de luto por la muerte de Antonio Trujillo. Quién sabe.
El caso es que, ante la falta de acuerdo entre los clubes, la decisión quedó en otras manos. ¿En cuáles? Pues tampoco lo sabíamos. Al principio, todos pensamos en la Liga, en Tebas y sus colaboradores, que al fin y al cabo ya habían dicho que el día y la fecha se conocerían «próximamente». Y con la patronal del fútbol español de por medio, por supuesto, nos temimos lo peor. Luego, más o menos cuando la expedición del Athletic salía del estadio en dirección a su hotel, supimos que no, que la responsabilidad recaía en el Comité de Competición de la RFEF. Concretamente en su jueza única, Carmen Pérez González. Tampoco sabía nada de esta señora, la verdad, pero a partir de ahora, tras conocer que ha cumplido el deseo del Athletic y ha decidido que el partido se reanude hoy a las nueve de la noche, mi opinión no puede ser más positiva. Como es natural.
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