En un lugar secundario
En la lista de posibles fichajes del Athletic para la próxima temporada Robert Navarro ha venido ocupando un lugar muy secundario pese a ser la ... suya la incorporación más probable y, desde luego, la mejor encauzada. Los hinchas rojiblancos llevan semanas hablando de Areso, Laporte y Borja Sainz, o especulando sobre las posibilidades de Hugo Rincón de ingresar en el primer equipo tras su magnífico rendimiento en el Mirandés. Del futbolista del Mallorca, sin embargo, no se ha preocupado casi nadie, las cosas como son. Estoy convencido de que, si se hace una encuesta por las calles de Bilbao entre aficionados del Athletic, la mayoría no sabe ni de qué juega Navarro. Ni le pone cara. Es más, un buen número no sabría decir ni cuál es su equipo, ni mucho menos cuál ha sido su carrera en el fútbol.
Como su incorporación hay que darla casi por segura, estamos obligados a informar sobre él. Robert Navarro nació en Barcelona en 2002 y juega de centrocampista, mayormente por la derecha. A los ocho años, su familia se trasladó a Pamplona y él acabó jugando tres temporadas en la cantera de Osasuna antes de irse a La Masía, donde estuvo cinco años. De la cantera del Barça pasó al Mónaco, que le hizo debutar en Primera con 16 años en un partido de la Copa francesa. Semejante precocidad parecía la confirmación del nacimiento de una estrella, pero lo cierto es que el chaval no explotó. Fichado por la Real Sociedad, comenzó en el filial donostiarra y acabó pasando al primer equipo, aunque sin llegar a triunfar. Tampoco lo hizo en el Cádiz la pasada temporada ni esta última en el Mallorca, donde sólo ha sido titular en 15 partidos, ha marcado un gol y no ha dado ninguna asistencia.
Dicho esto, hay dos conclusiones que podemos sacar de esta operación. Una primera ya se deslizó cuando, a finales de octubre, trascendió que el futbolista catalán no seguiría en el Mallorca y que en junio, coincidiendo con el final de su contrato, acabaría fichando por el Athletic. Muchos aficionados rojiblancos entendieron que Navarro entraba en la filosofía rojiblanca por los pelos y se preguntaron si la laxitud de Ibaigane en la interpretación de este concepto empezaba a ser excesiva. Lo cierto es que casos como el de Navarro ha habido varios, de manera que tampoco hay que extrañarse de su contratación, ni imaginar que cualquier día de estos bastará con que un chaval demuestre que pegó unos toques al balón en el área de servicio de Tudela para fichar por el Athletic. La segunda conclusión tiene que ver con el tipo de fichaje. El de Navarro es de los que gustan a esta directiva, una moneda al aire pero sin riesgo económico, ya que el jugador llega gratis, igual que lo hizo Gorosabel, por citar a otro exrealista. No es extraño que ambos compartan representante, que es el mismo que el de los hermanos Williams, Sancet y Yeray.
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