Opinión

El gran acierto de Muniain

Es de aplaudir que el excapitán del Athletic haya antepuesto vivir una experiencia fútbolística apasionante en Argentina a hacer caja en otros destinos

Miércoles, 11 de septiembre 2024, 01:07

No deja de hablarse estos días del fichaje de Iker Muniain por el San Lorenzo de Almagro. Se han dicho muchas y muy variadas cosas ... al respecto, pero de todas ellas hay una que me resulta especialmente irritante: la de quienes aseguran en tono despreciativo, tirando a perdonavidas, que el navarro se ha ido a un club menor y sin objetivos, a un histórico muy venido a menos, y que lo ha hecho porque no tenía más opciones y corría el riesgo de acabar jugando en el equipo de La Txantrea.

Publicidad

Vayamos paso a paso. Respecto a las opciones que tenía Muniain, la verdad, no tengo ni idea. Que después de quince campañas en el Athletic y dos graves lesiones el excapitán rojiblanco no está para grandes alardes es evidente. En su última temporada, de hecho, su participación fue anecdótica. Ahora bien, una cosa es que Muniain ya no tuviera sitio en un equipo que obliga a un despliegue físico feroz, como tampoco en clubes fuertes de las cuatro grandes ligas europeas, o ni siquiera en su querido River Plate, que no ha querido saber nada de él, y otra muy distinta que no pudiera haber recalado en los emiratos árabes, en la liga saudí, en la MLS o en Japón.

Podía haberlo hecho perfectamente, pero ha preferido otra opción, una que en los tiempos que corren puede considerarse casi revolucionaria: ha antepuesto la posibilidad de vivir una pasión futbolera muy excitante al dinero. Y yo sólo puedo aplaudírselo. (Como ya oigo en lontananza a expertos replicantes diciendo que bastante dinero ha ganado en el Athletic y que es muy fácil tomar decisiones románticas siendo millonario, me adelanto a recordar que todos los futbolistas famosos que han acabado en esos destinos ya estaban forrados y, sin embargo, quisieron seguir haciendo caja.

Respecto a que San Lorenzo es un club menor y sin objetivos, un histórico venido a menos, también convendría hacer unas matizaciones. Y más si hablamos desde la perspectiva del Athletic, que tantas veces ha sido acusado de lo mismo por sus críticos de guardia. Nadie discute que la situación económica del fútbol argentino, como ocurre en tantos sectores del país, es muy grave. Cualquiera de sus grandes clubes mira al pasado y siente nostalgia de los tiempos mejores.

Publicidad

Es evidente que los Cuervos no son los mismos que hace un siglo, cuando llenaban el viejo Gasómetro con 75.000 espectadores. No son el mismo club poderoso al que en 1939 llegaron Iraragorri, que sólo pudo jugar cinco partidos antes de lesionarse, Langara o Ángel Zubieta. (Por cierto, hubiera hecho bien Muniain en ir al barrio de Boedo con la lección mejor aprendida sobre Zubieta, que no sólo jugó en San Lorenzo catorce temporadas y fue su gran capitán, sino que había sido campeón de Liga con el Athletic antes de la Guerra y hasta hace bien poco, cuando le superó Gavi, era todavía el futbolista más joven en debutar con la selección española). Tampoco son los Cuervos, efectivamente, los que en 1947 deslumbraron a San Mamés con su fútbol de orfebrería en aquel amistoso legendario que acabó 3-3 y con los hinchas bilbaínos exclamando sorprendidos que todos los argentinos jugaban como Panizo, al que ellos criticaban tantas veces por su estilo.

Ahora bien, ¿acaso el Athletic es el mismo de entonces? Deportivamente, me refiero. De hecho, acabamos de celebrar un gran título después de cuarenta años de sequía. Los hinchas de San Lorenzo no han tenido que esperar tanto. Pese a su crisis actual, sólo en el siglo XXI el equipo del Papa Francisco y de Viggo Mortensen ha ganado una Copa Libertadores (2014), una Copa Sudamericana (2002) y una Copa Mercosur (2001). Muniain, en fin, ha tomado una decisión muy acertada. Va a vivir una Liga apasionante y con un seguimiento brutal. Porque esta es otra. Es tal el eurocentrismo en el que vivimos, también en el fútbol, que mucha gente piensa que argentinos, brasileños o mexicanos viven sus ligas como si fueran torneos menores, y que lo que les excita de verdad son las grandes ligas del viejo continente, sobre todo la Premier y la Liga española.

Publicidad

Pues bien, que sepan esos despistados que, salvo cuatro gatos y lógicamente los periodistas especializados en fútbol internacional, en esos países el Mallorca-Villarreal o el Southampton-United del sábado interesan lo mismo que un choque de bicicletas en Pekín, como decía el gran Jupp Heynckes de los partidos de la Real. Descontando dos o tres grandes clásicos, empezando por los Madrid-Barça, que son acontecimientos globales, lo que les interesan, y de qué manera, son sus campeonatos. Lo que quiere jugar Muniain y hace bien.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad