Los hinchas del Athletic desplazados a Estambul relatan su calvario: «Nos trataron como a ganado»
Los aficionados se quejan de que les requisaron monedas, cargadores de móviles, bolígrafos, maquillaje e ikurriñas antes de entrar
Hay indignación entre los 950 hinchas del Athletic por el trato que recibieron en el estadio del Fenerbahçe. «En la ciudad nos trataron fenomenal, ... pero en el estadio nos sentimos tratados como ganado», coinciden en señalar el bilbaíno Ángel Martínez y Carlos Collado, vecino de Algorta.
«A mí me quitaron alrededor de 50 euros en monedas del bote de cuatro amigos que llevábamos. Y a otro de nosotros le requisaron el cargador del móvil. A otros los paraguas. Dijeron que todo se podía recuperar al acabar el partido, pero el dinero no lo recuperé», lamenta Ángel Martínez.
«Nos han dicho que era para que no los tirasemos al campo», indica. «Hemos viajado a decenas de campos con el Athletic y este es en el que peor nos han tratado», añaden.
Noticia relacionada
El Athletic lleva ganados ya 9 millones en la Europa League
A varios aficionados les requisaron las ikurriñas, pero a otros no, como a los 56 expedicionarios de la peña Piru Gainza de Basauri que colocaron la bandera vasca en la zona que ocuparon en el campo. «Los policías tenían en el móvil cuatro tipos de banderas del Athletic. Y ninguna que no fuera como ellas podía entrar», indica Iraia Martínez, de Berango.
La gran mayoría de los hinchas rojiblancos quedaron en un punto de encuentro de la parte europea de la ciudad, desde donde fueron trasladados en once autocares hasta el estadio, en el distrito de Karadoy, la zona asiática. Tardaron cerca de dos horas y media en recorrer en autobús una distancia que habitualmente cuesta treinta minutos. «En nuestro autocar había gente que se vio obligada a orinar en botellas porque no aguantaban», explica Iurdana Goikuria, de Arrigorriaga. «Fue un viaje terrible por lo largo», añade.
«Parecía que íbamos al matadero»
Lo peor fue la llegada al estadio. Les hicieron acceder por una zona vallada. «Era como cuando meten al ganado», describe Iñaki Blanco, santurtziarra de Kabiezes. «Parecía que íbamos al matadero», añade Goikouria. «La sensación de agobio era terrible», explica Ángel Martínez.
Allí hubo un doble cacheo, primero de los vigilantes de seguridad y luego de los policías. Momento en el que comenzaron a requisar todo lo que entendían que era susceptible de ser lanzado al estadio. «Teníamos una red delante para evitar esos comportamientos, aún así hubo gente a la que requisaron cosas absurdas como un maquillaje de 300 euros», relata Goikuiria.
Durante el partido estuvieron situados en un córner en el segundo anfiteatro. Por suerte no hubo ningún problema. Los 950 hinchas rojiblancos estaban protegidos por policías y al acabar el partido se dirigieron a la salida, donde recuperaron la mayor parte de los objetos requisados. «Hubo hinchas locales que incluso nos aplaudieron al acabar», indica Blanco.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión