Ibaigane exige a la Real que Alogo cumpla su contrato con el Athletic o seis millones de euros

El Athletic tenía todo firmado con el atacante, quien militaba en el Mariño irunés y se había comprometido a fijar su residencia en Lezama. La Real Sociedad llegó tarde, cuando el contrato estaba formalizado, pero no quiso rendirse y convenció a la familia del joven de que cambiara de opinión y se incorporara a la entidad txuriurdin. Ibaigane estuvo al tanto de las maniobras de los guipuzcoanos, afanados en recuperar a un futbolista que militaba en uno de sus clubes convenidos, pero lo vivía con tranquilidad al tener en sus manos los documentos que validaban la operación y la dejaban resuelta. Hasta que los donostiarras hicieron público a finales de mayo el fichaje del delantero.

El Athletic se puso a trabajar de inmediato y tras un proceso de reflexión y análisis decidió mandar un burofax tanto a la Real como a la familia del joven futbolista reclamando sus derechos. La cláusula compensatoria incluida en el acuerdo es una herramienta de protección que los rojiblancos suelen meter en los contratos de los chavales para asegurar su cumplimiento. De acuerdo con las fuentes consultadas, Ibaigane sabe que el conjunto de San Sebastián se ha hecho responsable de las posibles consecuencias legales que podrían derivarse de las demandas del equipo bilbaíno. Es decir, la familia nunca tendría que afrontar el pago de la indemnización fijada -se declararía insolvente- sino que respondería el club.

Alogo es un delantero de 1'82 de altura al que se augura un prometedor porvenir y uno de los habituales en la selección vasca sub'12. Su gran rendimiento ha provocado que formaciones de primer nivel le hayan seguido la pista muy de cerca. Los rojiblancos y los txuriurdin le ofrecieron incorporarse a su cantera, mientras que el Villarreal y el Real Madrid también hicieron saber a su familia que les gustaría hacerse con sus servicios. Al final, el chico se decantó por Lezama pero luego la Real anunció su fichaje.

La familia del delantero había trasladado al Athletic que prefería que su hijo recalara en Bilbao. Lo hizo por dos cuestiones clave, según ha podido saber este periódico. En primer lugar, por el proyecto deportivo de un club en el que el salto desde la cantera al primer equipo es a priori más sencillo que en otros sitios. Pero sobre todo por el proyecto formativo del jugador. Al delantero se le dijo que viviría en las inmediaciones de Lezama, en el baserri de una familia que suele acoger a promesas rojiblancas.

EL CORREO desveló el 13 de marzo el acuerdo entre las partes. Entonces la Real se lanzó a tratar de convencer a la familia de que se incorporara a su disciplina. Alogo llegó a debutar con los donostiarras a pesar de tener un acuerdo en firme con el Athletic. Aún así, en Ibaigane estaban tranquilos porque contaban con que la operación estaba cerrada. Ahora todos los caminos llevan a los juzgados, donde los rojiblancos y los txuriurdin no se ven desde el 'caso Zubiaurre'.