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Ni el azul del Rangers ni el verde y blanco del Celtic. Glasgow era este jueves de color rojo y blanco. El del Athletic. Alrededor ... de 2.600 aficionados que tomaron la ciudad escocesa para apoyarle en el partido de ida de los cuartos de final de la Europa League. Glasgow fue Bilbao por unas horas. «Parece Pozas», se llegó a escuchar en uno de los cánticos entonados en George Square, el epicentro de la fiesta previa, donde reinó la buena sintonía entre aficiones rivales en una jornada sin incidentes.
Desde bien pronto la pasión rojiblanca se dejó sentir por la ciudad. En los hoteles, muchos eran los aficionados del Athletic que bajaban a desayunar con la camiseta de un equipo que busca coronarse dentro de poco más de un mes en su estadio. Había que coger fuerzas para una jornada intensa y especial. Pronto salieron a la calle e hicieron de George Square su centro de operaciones. El sol brilló para recibir a la hinchada athleticzale en una Escocia que desencapotó su habitual cielo gris. Allí corrían las pintas entre gritos de ánimo al equipo y las canciones que se entonan en San Mamés. No podía faltar el himno, 'Ikusi mendizaleak', 'Txoria txori'... Con un invitado especial para el instrumental, propio de estas tierras. Un gaitero se llevó la ovación de la afición al terminar una de sus canciones y animaba el ambiente.
Con una temperatura agradable y el cielo sin una nube, también había personas que se movían a otros puntos como Clyde Street a ver la escultura de la comunista vizcaína La Pasionaria, una figura destacada que amaneció con una bufanda del club. Y otros aprovechaban para hacer turismo y olvidar por unas horas el trascendental choque para sacudirse los nervios. Los 'Free Tour' también eran del Athletic.
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Pero los motores se calentaban en George Square. Desde las diez de la mañana se empezó a notar el fenomenal ambiente, con bastantes hinchas ataviados con el kit escocés, la falda típica. «Nos están tratando fenomenal», coinciden muchos de los aficionados llegados desde Bilbao, pero también de Getxo, Gernika, Minglanilla (Cuenca), Londres, Soria... Las peñas mostraron una hermandad total. Todo lo necesario para apoyar a su Athletic. Igual que media ciudad de Glasgow, porque era habitual que cuando un aficionado del Celtic se cruzaba con uno rojiblanco le deseara suerte para el duelo de esta noche. También algún aficionado del Rangers tomaba algo tranquilamente en las terrazas invadidas.
La atmósfera durante todo el día resultó fenomenal e incluso los vecinos de Glasgow se paraban para inmortalizar la invasión roja y blanca. A medida que pasaban las horas, George Square, el nuevo Pozas rojiblanco, se quedaba pequeño para acoger a tanta gente y, sobre todo a la hora de comer, las calles adyacentes y sus terrazas también cogían color bilbaíno. El ánimo no decayó nunca antes de la kalejira, incluso un aficionado subió a una de las esculturas de la plaza para ponerle una bufanda del equipo acompañado de una tremenda ovación. Los hinchas que le miraban desde abajo celebraron su hazaña con bufandas al viento.
La procesión hacia Ibrox Park comenzó a las cinco y media de la tarde hora local, una más tarde en Bilbao. Una serpiente rojiblanca conformada por casi 2.000 personas encaminadas al escenario en el que los leones comenzaban la lucha por un hueco en las semis. La marcha convocada por el grupo de animación Iñigo Cabacas Herri Harmaia arrancó del centro de la ciudad, a la altura del número 100 de calle Trongate Street, a las cinco y media de la tarde hora escocesa. Fue casi una hora y media de procesión llena de cánticos, bufandeos y brazos al cielo para empujar al Athletic en su lucha europea. Lo hizo en todo momento bajo una estrecha vigilancia policial. El paso lo abrían varias furgonetas de la Policía, junto a una decena de agentes a pie que escoltaban la marcha.
Antes de su inicio, los miembros de ICHH recibieron instrucciones sobre cómo proceder por parte de las autoridades. A las bufandas y camisetas rojiblancas también les acompañaron botes de humo y muchas banderas de Irlanda. Los viandantes a su paso se quedaron impresionados con el impresionante ambiente. La anécdota de la marcha se producía cuando algunos seguidores del Celtic de Glasgow, eterno rival del Rangers, jaleaba a los del Athletic. Su respaldo ha sido correspondido a gritos de «Celtic, Celtic» por parte de los bilbaínos.
Reinó el buen ambiente durante la marcha, aunque se vivió cierta tensión con la aparición de una veintena de radicales, todos vestidos de negro al grito de «Herri Norte aurrera». Este grupo radical lo forman cerca de un centenar de personas. La mayor parte de ellos no tienen vetado el acceso al estadio. En un momento determinado la Policía británica les ha colocado en cabeza de la movilización, aunque finalmente han sido apartados de la marcha con la que cerca de un millar de personas se dirigían a Ibrox. Era evidente que los convocantes de la marcha no querían mezclarse con ellos cuando se encontraban al frente por indicación de las autoridades. En los instantes en los que no han podido evitarles porque la Policía británica les embolsaba y obligaba a ir juntos, realizaban distintas maniobras como frenar para marcar distancias y que se separasen de ellos.
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