Fernando Llorente, el último vuelo de un trotamundos

La trayectoria de Llorente desde su marcha de Bilbao ha estado repleta de altibajos. Desde luego no ha sido con seguridad la que él hubiera soñado cuando 'voló' a Turín para ganar títulos. Fichó en 2013 por cuatro años. Desde entonces, se le ha vinculado con el Athletic en varias ocasiones, la mayoría de ellas cuando el equipo atravesaba dificultades clasificatorias y alarmaba la falta de gol.

Nacido el 26 de febrero de 1985 en Pamplona, a donde su madre se desplazó desde el municipio riojano de Rincón del Soto para dar a luz, Llorente fue un habitual en las categoriás inferiores y Bota de Plata del Mundial de Fútbol Sub-20 de 2005. Debutó con la selección absoluta en noviembre de 2008 en El Madrigal. Es campeón del mundo (2010) y de Europa (2012).

Sólo su primera temporada fue exitosa en la Juventus en una delantera que compartió con Carlos Tévez. Anotó 15 goles, cinco se ellos en los últimos encuentros que contribuyeron a que el conjunto italiano se proclamara campeón de Liga. En la segunda bajó a siete dianas y en 2015 firmó por tres temporadas con el Sevilla, equipo con el que regresó a San Mamés, su cuna futbolística. Pese a tener momentos de enorme brillantez -goles decisivos en Champions y Liga Europa- no logró ganarse la confianza de Unai Emery. En 2016, rompió su contrato con el Sevilla y se fue al Swansea City ingles, que pagó por el 6 millones de euros por dos temporadas. Gracias a su excelente rendimiento (15 goles), el 31 de agosto de 2017 fichó por el Tottenham Hotspur a cambio de 17 millones de euros firmando por dos temporadas. La alargada figura de un Harry Kane en plena ebullición provocó que no tuviese muchas oportunidades, pero las que tuvo las aprovechó con goles. Sin embargo, no fue un destino definitivo y en 2019, ya libre, recaló en el Nápoles, y en 2021 volvió a mover su residencia, esta vez al Udinese italiano.

La sombra de Llorente nunca ha dejado del todo Bilbao. De hecho, hace unos días le devolvió a la actualidad Aitor Elizegi. El presidente del Atletic reconoció que debió de haberse esforzado más en el proceso que rodeó a los intentos de pesos pesados del vestuario para fichar al futbolista riojano en octubre de 2020. «No estuve a la altura del momento», admitió. A continuación, se arrepintió de no haber dado «el golpe en la mesa que hay que dar cuando se necesita» en la gestión de aquel caso. Parecía referirse a que debía haber zanjado desde el primer momento el intento de su capitanes, entrenador y director deportivo, Rafa Alkorta, por ficharle. De hecho, tras unas horas de intensas presiones de esos actores, la junta desestimó su retorno. «Hay que reconocerlo, me la llevo para casa... Pude hacer mucho más de lo que hice».