Un equipo con personalidad en el que todo el mundo aporta
Pese a las rotaciones, jugar con los menos habituales y hasta con gente fuera de su sitio, al Athletic solo le faltó filo ofensivo para hacer daño a un pobre Barcelona
Entre bajas, lesiones y cansancio acumulado tras la semifinal de la Copa del jueves, el Athletic recibió al Barcelona con un once inicial inédito. Ernesto ... Valverde no podía contar con los lesionados Yuri Berchiche y Ander Herrera, y tampoco con los sancionados Dani Vivian y Nico Williams. El técnico rojiblanco confeccionó una alineación compuesta por los menos habituales, gente a la que le tocó actuar en una demarcación que no era la suya y hasta activó a futbolistas que apenas entran en sus planes. Aún así, ante más de 50.000 aficionados en San Mamés, el equipo exhibió personalidad, demostró que todo el mundo aporta en el 'verde' y solo su falta de filo en los metros finales impidió que sacara algo más que un empate ante un decepcionante y minimizado Barça.
Más allá de las bajas, importantes, Txingurri se atrevió a dejar en el banquillo a De Marcos, Ruiz de Galarreta y Oihan Sancet, entre otros. Puso en el lateral derecho a Beñat Prados -el chaval respondió, y si no llegaba tampoco dejaba que pasara el rival-, compuso un centro del campo de otra época integrado por los 'terroristas' Dani García y Vesga y confió el ataque al tridente formado por Iñaki Williams, Berenguer y Guruzeta. Enfrente estaba un Barcelona que venía con la determinación de aprovechar los tropiezos del Real Madrid y Girona, pero la segunda unidad rojiblanca desactivó a los blaugrana y dejó claro a su entrenador que está para cuando se le necesita. Solo faltan 11 jornadas para el final de la Liga y los bilbaínos únicamente han perdido un encuentro en casa, el de la primera jornada frente a la tropa de Ancelotti. Desde entonces han sumado 10 victorias y tres empates. Es decir, 33 puntos de los 39 posibles (84,6%).
Reivindicación
«Nos hemos dado una paliza y hemos acabado con la lengua fuera». Valverde describió de esta forma tan gráfica el trabajo completado por sus hombres, algunos de ellos impecables en el desempeño de sus labores. Uno de ellos fue Dani García, quien tuvo una actuación destacada. Con apenas 429 minutos en la Liga, el guipuzcoano estuvo imperial en la sala de máquinas, dinamitó el juego asociativo del Barça y ayudó en defensa. Dio 40 pases, 37 de ellos buenos (93%), ganó los cinco duelos librados, firmó cuatro entradas de recuperación e interceptó un balón. Jugó todo el partido y lo selló con nota.
No solo el de Zumarraga contribuyó con una buena actuación pese a su menor protagonismo en la pizarra de su técnico. Unai Gómez, con 405 minutos en el torneo de la regularidad, derrochó energía, fuerza e intensidad; Imanol (304) estuvo más que correcto en el lateral izquierdo y se incorporó al ataque; Yeray (540) cuajó un gran choque junto con Paredes y salvó un gol de Cancelo que ya se celebraba en el banquillo culé; y Prados cumplió de sobra en un puesto que no era el suyo tras venir de una paliza copera frente al Atlético.
Lejos de desentonar, un Athletic plagado de suplentes y con siete cambios en el once tuteó al Barça. Lo que le faltó fue más carga explosiva en los metros de la verdad, donde Iñaki Williams estuvo sin chispa y Guruzeta no disfrutó de una sola ocasión. Berenguer fue el más incisivo de los tres, pero tampoco logró encontrar el camino hacia la portería defendida por Ter Stegen.
El equipo ni siquiera se resintió con los cambios de los cambios. Valverde puso a Adu Ares -136 minutos en la Liga- y a Villalibre (316), además de activar a los fijos como De Marcos, Ruiz de Galarreta y Sancet. No hubo grandes ocasiones, pero tampoco permitieron que el Barça desplegara su mejor fútbol. Como será la cosa que Xavi Hernández confesó que el Barça había hecho un mal partido y que se iban «tristes» de San Mamés. Perdieron la ocasión de adelantar al Girona y de ponerse a seis del Madrid.
«Hemos demostrado que todos estamos a un gran nivel, que somos un equipo fuerte. Somos intensos y fuertes en casa», dijo Unai Gómez nada más acabar el encuentro. Puso en valor la labor de los «menos habituales», que fueron capaces de jugar de tú a tú al vigente campeón de Liga.
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