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Jon Agiriano
Lunes, 28 de abril 2025, 00:41
El Athletic, que para eso es el equipo que menos goles recibe en la Liga (26 en 33 jornadas), sólo ha encajado dos en sus ... últimos ocho partidos, seis de Liga y dos de Europa League, uno ante el Rayo y otro ante el Real Madrid en el descuento. Los aficionados a bucear en las profundidades estadísticas podrían entretenerse buscando una cifra mejor, pero para que no se cansen este cronista les hace un favor a partir de un viejo recuerdo del Athletic campeón de Clemente. O más que un recuerdo nítido, una sensación que se me quedó grabada: la de que hubo unas semanas en la temporada del doblete en las que los rojiblancos eran invulnerables. Nadie era capaz de batir a Zubizarreta.
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La página web del club lo confirma. Entre el 20 de noviembre y el 15 de mayo, el Athletic empalmó una racha asombrosa de un solo gol encajado en nueve partidos de Liga. Impresionante. La mejor de la historia del club. Y ya que entramos en la web, otro dato realmente meritorio, similar al actual. En la campaña 1997-98, el equipo de Luis Fernández acabó segundo y se clasificó para la Champions, entre otras razones, porque en las siete últimas jornadas Imanol Etxeberria sólo tuvo que ir a buscar un balón a sus redes, ante el Celta en Balaídos.
Viendo la trayectoria del equipo de Valverde se advierte una transformación: en los dos últimos meses ha pasado de ser un equipo goleador a convertirse en una roca. Las cifras no engañan y la comparación es llamativa. Veamos. En los ocho últimos partidos los rojiblancos tienen una media de 0,25 goles en contra y 0,87 a favor. Pues bien, en los nueve partidos anteriores a esos ocho últimos, la tropa de Valverde marcó 21 goles, es decir, 2,3 por encuentro, y recibió 10, es decir, una media de 1,1.
Esta variación no es algo previsto y buscado, una estrategia diseñada para realizar un repentino cambio de estilo. No. Es una consecuencia del desgaste de la temporada y, en cierta medida también, de las ausencias de un futbolista diferencial como Sancet. Ya que al técnico rojiblanco le gusta el ajedrez, digamos que esto es un enroque para asegurar la posición y seguir siendo competitivo en esta recta final del curso.
Que la versión anterior era más divertida y producía mejor cosecha de puntos es evidente. Ahí están los resultados. En los siete últimos encuentros de Liga el Athletic ha sumado 9 puntos de 21 posibles. Y en los siete anteriores, 15 de 21. Ahora bien, cualquiera que analice el desarrollo de la temporada entenderá que los rojiblancos no podían mantener su personalidad exuberante de equipo apasionado con los abordajes y los partidos a tumba abierta. Por varias razones. La primera, el desgaste físico de un grupo intenso y abnegado cuya presión adelantada ha sido una de las referencias de la Liga; un grupo que, además, esta campaña ya está en cifras de partidos (48, dos más que en todo el curso anterior) que no se recordaban en la última década. De hecho, sólo los dos capitanes, De Marcos e Iñaki Williams, han jugado alguna vez más partidos de los que lleva el equipo ahora.
La segunda razón son las lesiones recurrentes de Oihan Sancet. El navarro no tiene sustituto. Y no por nada, sino porque no lo hay en la plantilla. En su lugar, acostumbra a jugar Unai Gómez, un futbolista que no tiene nada que ver con Sancet y que aporta un trabajo completamente diferente: un trabajo de presión cuyos efectos, en la mayoría de las veces, son mucho más beneficiosos para la línea defensiva que para la ofensiva.
Sin nueve goleador
A esta circunstancia hay que añadir otra que también influye en la realidad del Athletic: se ha quedado sin un delantero goleador como lo fue Guruzeta la pasada temporada. Al donostiarra se le ha estado esperando con paciencia, pero desde hace semanas ha quedado claro que esta temporada, salvo sorpresa, no va a volver. En lo que se lleva de 2025 sólo ha hecho diana ante el Valladolid, que fue una sangría, y cada vez se le nota más obsesionado por su bajo rendimiento. Y, claro, a Guruzeta le ha sustituido Maroan, cuyo principal valor también es el de liderar la presión adelantada, abrir espacios y desgastar a los centrales chocando una y otra vez. Pero ni para el hilado fino ni para la cuestión de los goles se puede contar con él, como por cierto no se ha podido contar toda la temporada con Álvaro Djaló, que si no es un fichaje completamente fallido se empieza a parecer mucho.
Al Athletic, en fin, le han acabado faltando piezas para mantener su versión más atractiva en ataque. Con el trabajo defensivo, en cambio, todo ha sido diferente. Las rotaciones han funcionado de maravilla. Cuando han faltado los cuatro titulares, De Marcos, Vivián, Yeray y Berchiche, los teóricos suplentes –Gorosabel, Lekue, Paredes, Unai Nuñez y Adama Boiro– han logrado que esas ausencias se noten muy poco o directamente nada. ¿Será suficiente para entrar en Champions esta versión del Athletic? Todo indica que sí porque la puntuación lograda entre agosto y marzo fue magnífica. Que los rojiblancos lleven dos puntos más (60 frente a 58) en la jornada 33 cuando han disputado doce choque europeos es para quitarse al sombrero. ¿Pero será suficiente para ganar la Europa League? Lo veremos. Ante el United, sin Sancet en la ida y puede que tampoco en la vuelta, se comprobará si la coraza del Athletic sigue siendo decisiva.
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