
El otro derbi, rojiblanco y rojillo
Efeméride ·
El Athletic y Osasuna disputan esta noche en San Mamés su partido número 100 en todas las competicionesSecciones
Servicios
Destacamos
Edición
Efeméride ·
El Athletic y Osasuna disputan esta noche en San Mamés su partido número 100 en todas las competicionesLa visita de Osasuna de esta noche tiene rango de efeméride: será el partido oficial número 100 entre el Athletic y el equipo navarro, el ... que hará el número 86 de Liga, a los que hay que sumar ocho de Copa, 4 del Campeonato Regional y dos de la Copa de la Liga. Ambos equipos se han visto las caras, además, en 29 choques amistosos. Amistoso fue aquel primer duelo que jugaron en San Mamés el 4 de noviembre de 1933, en el que los rojiblancos se impusieron por 5-3. Tan amistoso, que Carmelo tiró fuera voluntariamente un penalti por una mano que consideró que había sido involuntaria. Había una gran diferencia entre aquel Athletic de los invencibles de Pentland, que ya había ganado 14 Copas y tres Ligas, y Osasuna, un equipo «apañadito», según el cronista de 'El Noticiero Bilbaino', que se acababa de proclamar campeón de la serie B de la Federación Guipuzcoana, así que los bilbaínos alinearon un once de suplentes.
Athletic
4
-
3
Osasuna
Una remontada memorable de media hora que cerró Guerrero El 22 de enero de 2005, en la jornada 20, el Athletic protagonizó una remontada histórica. Osasuna ganaba 0-3 en el minuto 60, con goles de Pablo García, Webó y Puñal, un marcador que anunciaba derrota. Pero los rojiblancos remontaron en media hora. Yeste hizo un doblete, Tiko empató en el 83 y Guerrero llevó la locura a las gradas del viejo San Mamés con un tanto en el 89.
Se adelantaron los visitantes con un gol de su delantero centro, Urkizu, conocido por la afición local por haber jugado antes en el Deusto. Después de empatar Carmelo, y tras el episodio del penalti, uno de los meritorios rojiblancos que jugaron aquel día, José Antonio Agirre, a quien el cronista apodó 'Chocolate' por la fábrica de su familia, marcó el segundo del Athletic. Apenas tres años después, aquel futbolista se convertiría en el primer lehendakari.
El primer partido liguero entre rojillos y rojiblancos no llegó hasta el 26 de enero de 1936, la undécima jornada de la temporada. Ganó Osasuna por 3-1. Iraragorri fue el único titular habitual de los cinco delanteros que alineó Garbutt y el Athletic acusó las ausencias. Se adelantaron los bilbaínos con un gol de Careaga, pero los rojillos empataron tras ver anulado un primer tanto, y se adelantó antes del descanso a pesar de que el catalán Arribas le anulara otra diana, una circunstancia que provocó que don Celedonio Miguélez, gerente de la Harinera de Olite, «emocionado sin duda, o desesperado tal vez», según la prensa, sufriera «un ataque cardiaco que le producía la muerte a los pocos momentos».
Osasuna no regresaría a Primera hasta la temporada 1953-1954, para volver a descender el mismo año. Dos cursos más tarde, recién proclamado campeón de Segunda, se cruzó con el Athletic en los cuartos de final de la Copa. El equipo de Daucik se acababa de hacer con el título de la Liga 1955-1956 y se encaminaba hacia el doblete. Liquidó la eliminatoria con un contundente 4-1 en San Mamés con goles de Markaida, Mauri y dos de Maguregi, y un empate a dos en San Juan en la vuelta.
El 1-8 que registró el marcador del viejo campo de San Juan el 11 de enero de 1959 sigue siendo la segunda mayor goleada a domicilio de la historia de la Liga -hubo varios 0-8 en el campeonato de la regularidad-. La estableció aquel Athletic dirigido por el brasileño Martim Francisco que marcó ¡33 goles! en cuatro jornadas de ensueño: 9-0 al Sporting de Gijón; 9-0 al Celta; 1-8 a Osasuna y 7-0 al Betis. Merodio hizo cinco goles, Mauri y Uribe, uno por cabeza, y el osasunista Glaría anotó en propia puerta.
Tenemos muy fresco en la memoria el gol de Ibáñez en la vuelta de la semifinal de Copa de hace dos años. Con los tiempos modernos ha llegado una mayor igualdad y Osasuna ya no es aquel equipo que era presa fácil de un Athletic que estaba unos cuantos escalones por encima. Los que estuvimos en El Sadar aquel 28 de octubre de 1988 recordamos otro gol, el que marcó el recién llegado Robinson para dar la victoria a su equipo en un penoso partido de un Athletic al borde de la depresión, que encajaba su tercera derrota consecutiva, tras haber perdido antes en Elche y ante el Valencia, y que tres días después sufriría una goleada en Turín, 5-1, que abría una crisis monumental, incluido un amago de espantada de Kendall. La media verónica que se marcó el inolvidable Robinson para celebrar su acierto añadió un poco de sal a la herida de un equipo que estaba perdiendo el rumbo.
Arrancaba la segunda vuelta de la segunda temporada de Valverde en el banquillo rojiblanco, la 2004-2005, con la visita de Osasuna a San Mamés. El Athletic que había establecido el récord del 1-7 al Standard de Lieja y había sufrido una decepcionante eliminación a manos del Rapid de Viena, tuvo que protagonizar una remontada histórica aquella fría noche de un sábado de enero. Pablo García, Webó y Puñal pusieron en el marcador un asombroso 0-3. Quedaba solo media hora cuando Yeste acortó distancias y cinco minutos después el interior hacía el segundo, que abría la puerta a la esperanza. El Athletic atacaba con todo y Osasuna se defendía como gato panza arriba. Tiko, un exrojillo, empató en el 85 y cuatro minutos después, un Julen Guerrero que ya estaba en el centro del debate por el papel secundario que tenía en los últimos tiempos, marcó el gol que selló una remontada nunca antes vista en La Catedral.
Tiko fue precisamente el protagonista de un anodino partido amistoso en pleno mes de agosto de 1999 en El Sadar. Pasaron más cosas en el palco que en el césped. Mientras el balón iba y venía sin ton ni son, los dirigentes de los dos clubes acordaron el traspaso del futbolista navarro al Athletic y la cesión de Pablo Orbaiz, recién fichado por Ibaigane, a Osasuna hasta el final de la temporada.
La operación se sustentó en el acuerdo que habían alcanzado meses antes Javier Miranda y José Mari Arrate en una reunión en Vitoria de la que Miranda regresó a casa con 200 millones de pesetas (1.202.000 euros), «sin firmar un papel», y un acuerdo para cuatro años a razón de 50 millones de pesetas (300.000 euros) anuales a cambio de que el Athletic tuviera la preferencia absoluta para fichar cualquier jugador rojillo. Osasuna arrastraba entonces una deuda de 1.000 millones de pesetas (algo más de seis millones de euros) en Segunda División y había tocado las puertas, entre otros, del Gobierno de Navarra y de la Real Sociedad sin obtener respuesta.
Osasuna
1
-
8
Athletic
El día en que Merodio marcó cinco goles en el viejo San Juan
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
El ciclista vasco atropellado en Alicante murió tras caer varios metros al vacío
Alejandro Hernández y Miguel Villameriel
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.