La 25 es de oro: por qué esta Copa es la más exitosa de la historia

'La 25' ha tenido que esperar nada menos que 40 años, como si fuera ya inalcanzable para un club que, contra todos los elementos, ha seguido confiando en su singular idiosincrasia deportiva. Nadie salvo el Athletic ha sido capaz, en el fútbol profesionalizado, internacionalizado y anegado de recursos que vivimos, de hacer algo parecido: plantar cara con tenacidad ante equipos todopoderosos y hacerlo sólo con jugadores de un específico ámbito territorial como es el vasco, fecundo como pocos. Por eso, esta Copa lograda en la final sevillana ante el Mallorca después de eliminar a gigantes como el Barcelona o el Atlético de Madrid, reviste una trascendencia no menor que aquellos evocados hitos. Si nos atenemos al contexto actual puede que supere a todos los anteriores trofeos coperos conquistados en los largos 126 años de vida del club rojiblanco.

No son pocos los que han venido advirtiendo, desde la piel de toro y también desde plazas vecinas, que la filosofía del Athletic era una quimera, una entelequia, que estaba pasada, desfasada en el tiempo, tildándola incluso de xenófoba. Hoy seguro que callarán. Y de hablar habría de ser para rendir pleitesía a este verdadero milagro sostenido en el tiempo. Un milagro convertido en espejo para todo el mundo del deporte, aún conscientes de resultar un modelo difícil de emular.

A la pregunta de si era factible para el Athletic mantenerse en la élite del fútbol con su peculiar política, el tiempo y los hechos ya han emitido su veredicto. No sólo es viable, sino exitoso. De acuerdo que puede ser mejorable la definición de sus contornos, pero esa esencial identidad de marca se reafirma desde el momento en que ha permitido a su valedor volver a reverdecer laureles con la brillante consecución de un título de primera magnitud.

Aunque los veteranos ya pudiéramos contemplar anteriores conquistas, nos impregna hoy de una especial emoción el poder revivir el sueño. ¿Que cómo se ha podido hacer feliz realidad? Se trata sin duda de una labor de años, de cantera mimada, profesionalizada, con técnicos de nivel y el perenne apoyo de la masa social. Y claro, como se comprueba una y otra vez por la exigencia de la competición, resulta fundamental la elección del entrenador del primer equipo, y ha sido singularmente acertada la de Ernesto Valverde, un valor de ley en el banquillo del Athletic. Tras las también fructíferas anteriores, la tercera etapa en casa ha desembocado en su más relumbrante éxito, de la mano de un destacado elenco de técnicos y jugadores.

No es cierto, nunca lo ha sido, que no salgan frutos de Lezama, y tampoco que no hubiera calidad suficiente en la primera plantilla, como algunos augures, incluso propios, anunciaban. Se venía demostrando lo contrario en sucesivas temporadas, y se ha concretado en ésta toda su potencialidad cuando, además, a la victoria copera puede suceder una destacada clasificación en la Liga, con el billete europeo ya en el bolsillo. Lo cierto y real es que sin el talento y el carácter demostrados por este bien dirigido plantel nada habría sido posible en una campaña que va a quedar ya como un capítulo más de la gloriosa historia de nuestro Athletic.

Ahora sí, que salga la Gabarra. Y que disfruten de este triunfo de oro, por fin, las nuevas generaciones de orgullosos athleticzales. Y todo nuestro Pueblo, que es el material del que se hace el Athletic. Azkenean, herritik sortu zinalako maite zaitu herriak.