¿La misión del Athletic? Ganar, ganar y volver a ganar
El Athletic no puede ir al este de Madrid a por 'un resultado'. Lo hizo la edición anterior en Pamplona y lo pagó caro
El Athletic tiene este miércoles una cita dura como pocas, pero a la que sin duda es capaz de hacer frente. Viene de demostrar su ... fortaleza en un ejercicio de pegada ante el rocoso Mallorca y de volver así a las victorias ligueras. Ahora se trata nada menos que de una nueva semifinal copera, de la antesala de la final que anhelan los athleticzales. Para ello toca visitar a un rival de pedigrí, aspirante a todas las competiciones y con unos registros en su feudo que asustan. Pero este Athletic ha demostrado que puede ser el elegido, ese que rompa la racha madrileña, quien tiene argumentos para volver a ganar a los colchoneros, también en el inexpugnable Metropolitano. Aunque la cosa huela a encerrona calentada por el escasamente respetuoso Simeone, que como jugador peleón sabía y como técnico sabe pisar donde más duele. El Cholo está agitando un peor trato en cuanto a la fecha del encuentro y de ello ha hecho causa, olvidando la ponderación que podría exigírsele no ya por su estatus sino simplemente por ser fiel a la realidad entera. Recordamos cuando Luis Fernández recogió en una rueda de prensa un pañuelo que había dejado otro entrenador del Atlético, que le dio también por llorar ante los micrófonos. Porque es curioso que los que más se quejen sean los secularmente consentidos (de acuerdo que alguna pareja están un escalón por encima), con frecuencia de memoria frágil, en este caso sin caer en la cuenta el entrenador del otrora Atlético Aviación de que a la vuelta de la ronda la ventaja en el descanso será precisamente para él. Porque esto funciona así, hoy te toca a ti y mañana a mí, o mejor: hoy te toca a ti, poderoso capitalino, y casi siempre en otras ocasiones me toca a mí, que como Athletic sabe un poco de estas afrentas, a veces excesivamente comedido en denunciarlas, sometido, como otros, a los intereses prevalentes de los de siempre en las competiciones domésticas.
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El Athletic no puede ir al este de Madrid a por 'un resultado'. Lo hizo la edición anterior en Pamplona y lo pagó caro. No se pueden dejar los deberes para mañana, como los malos estudiantes. El equipo zurigorri tiene que ir a por la victoria al Metropolitano, porque es capaz. Como habrá de hacerlo, de nuevo, a la vuelta, en un San Mamés a rebosar. Ganar y volver a ganar. Y en medio, también, y sin excusas, hacerlo en Almería, en Liga y ante el colista, para seguir mirando a Europa. A este Athletic aplicado se le puede pedir eso porque ha demostrado sus virtudes y su cualificación, de la mano de un entrenador valiente que es un lujo para este equipo.
Lo del sino futbolero lo explicaba precisamente el mayor estandarte que ha tenido el Atlético de Madrid, un tipo único como fue Luis Aragonés, que nos dejó hace ahora una década. Zapatones de futbolista, maestro del saque de faltas, y sabio de Hortaleza como entrenador, leyenda del banquillo colchonero y de la selección española, a la que sacó de la mediocridad, entre otras frases para la posteridad acuñaría la mejor definición del balompié profesional: el fútbol es ganar, y ganar, y volver a ganar…y así hasta el infinito. No hay otra. Del pasado no se vive. Tampoco el Athletic, aunque su historia sea incomparable, padre y fundador de la sucursal madrileña venida luego a más, cuyos estamentos, todos, deberían de respetar a su matriz, que con 125 años a la espalda y su singular filosofía sigue demostrando que es capaz de ser el David que tumbe a sucesivos Goliats. Como acaba de hacer con el Barcelona en Copa y como hizo en Liga hace unas semanas con los del oso y el madroño, pasándoles por encima en La Catedral. Sin concesiones. Y también puede hacerlo en un escenario hostil. Volver a ganar. Y luego en San Mamés. Queremos viajar a Sevilla, y todo empieza por una demostración de personalidad a medio camino hacia el sur. Y si, intentándolo, no se puede ganar, pues firmaremos el empate.
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