Los cuatro cambios que realizó Valverde para la segunda parte salen al campo. Ignacio Pérez

Cuatro cambios para agitar al Athletic

El desastre del primer tiempo lleva a Valverde a rectificar su once con la entrada de cuatro titulares

Igor Barcia

Martes, 23 de septiembre 2025, 21:55

La imagen fue llamativa. Cuatro jugadores en la banda esperando su entrada en la segunda parte, algo más propio de los partidos de pretemporada que ... de uno de competición. Y también significativa del enfado de Ernesto Valverde tras lo visto en la primera mitad, en la que el Athletic no dio una a derechas frente a un colista que fue mejor y tuvo mejores ocasiones. Que los cambios tuvieran como destino a los futbolistas que habían entrado en el once como refresco del equipo ante la acumulación de encuentros tuvo un claro mensaje de que las cosas no habían salido, ni mucho menos, como el preparador de Viandar de la Vera había previsto antes del partido.

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Pero esta vez, las novedades para hacer frente a las estrecheces del calendario no sirvieron para elevar el tono de un Athletic que tras tres victorias consecutivas, ha adquirido un inesperado tono gris. Tras caer en San Mamés ante el Alavés y el Arsenal y el sábado en Mestalla contra el Valencia, Valverde movió fichas. Por obligación tuvo que jugar Aymeric Laporte en el lugar del sancionado Vivián, pero también cambió a los dos laterales, dando entrada a Adama y a Gorosabel. Y el único titular que se mantuvo fue Paredes, pero tuvo que desplazarse al costado derecho de la pareja de centrales. Por delante Vesga dio descanso a Galarreta y Nico Serrano a Robert Navarro, mientras Galarreta regresó a la punta en parte de Berenguer.

Delante estaba un Girona que había sido apalizado por el Levante (0-4), que llegaba a San Mamés con nueve bajas y que sólo había sumado un punto de 15 posibles. Pues bien, tras una puesta en escena esperanzadora donde el Athletic monopolizó el balón aunque sin crear peligro, el Girona primero avisó y después no perdonó. Ounahi ponía en ventaja a los de Míchel a los diez minutos de partido y a partir de ahí, todo lo que pudo salir mal salió mal en el bando rojiblanco hasta finalizar la primera mitad.

El Girona descubrió un filón por su banda izquierda –la derecha rojiblanca–, donde Andoni Gorosabel vivió un drama por culpa de la habilidad de Azzedine Ounahi, futbolista internacional marroquí formado en el fútbol francés y procedente del Panathinaikos griego. El Athletic era incapaz de encontrar soluciones a sus desajustes –no presionaba como acustumbra y Jauregizar no podía apagar todos los incendios– y el Girona vivía sus mejores momentos de la temporada. En descarga de Gorosabel hay que admitir que el lateral de Arrasate pareció Gary Cooper en Solo ante el peligro, porque apenas tuvo esas ayudas tan reconocibles en el Athletic. Ni Iñaki Williams ni un Paredes desubicado en ese costado supieron cerrar esa banda, mientras por el otro costado, Adama no pasaba los mismos apuros pero era incapaz de coordinarse con Nico Serrano en ataque para buscar ventajas y tratar de hacer daño a un Girona que se fue con sensación de incredulidad al descanso. Después de los sofocos vividos esta temporada, en San Mamés se estaba gustando ante un rival de categoría Champions.

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Medidas de urgencia

Así que Ernesto Valverde debió bajar de la grada al vestuario caliente porque tomó decisiones drásticas. No había tiempo que perder para tratar de arreglar las cosas y en una decisión que no se le recuerda, rectificó su plan dando la entrada a cuatro titulares. Areso reemplazó a Gorosabel, Yuri a Adama, Galarreta a Vesga y Berenguer a Nico Serrano, en cuatro cambios de piezas pero no de posiciones. Se trataba de agitar al Athletic y Valverde lo logró porque Jauregizar no tardó en empatar con un gran remate. Una reacción rápida que presagió lo que no sucedió. Porque el Athletic no fue más allá. Sí, es cierto, estuvo mejor que en el primer tiempo, llevó el peso del partido y no dejó respirar al Girona como lo había hecho hasta entonces. Pero salvo un par de buenas intervenciones de Gazzaniga, una en especial en un mano a mano con Berenguer, el equipo catalán tampoco se vio sometido por el Athletic.

El equipo rojiblanco, sostenido por un Jauregizar que agradeció mucho la presencia de Ruiz de Galarreta a su lado, no terminó de conectar todas sus piezas, como si hubiera algún cortocircuito que impidiera que su juego de ataque fuera fluido. Porque Sancet, que estuvo más participativo en la segunda parte, tampoco encontró esa asistencia o ese remate que necesitaba el equipo, mientras Iñaki Williams y Guruzeta tampoco sacaron provecho de sus posiciones de atasque. Valverde centró a ambos, con Sancet de apoyo, para que Yuri y Areso tuvieran libre todo el carril de ataque y bombearan el área. Nada funcionó y el Athletic encadena tres encuentros de Liga sin conocer la victoria.

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