«Este club es la caña»

Y bien que se notó. Surcar la ría «es la caña», se oyó a Aitana Ávila, la concursante bilbaína que se doctoró como cocinera en el televisivo 'Masterchef'. Y con el Athletic campeón, «más aún». «Esto es mejor que ir a Sevilla. Podemos vivir más finales, pero navegar junto a nuestros campeones es la gloria», se felicitó Iñigo Martínez, dueño de bar La Parra de Elorrio. «Antes de nacer ya era del Athletic y a los dos años me hicieron socio», remarcaba desde el barco de Cervezas San Miguel. «Mantenemos una relación histórica con el Athletic y estos momentos son los que se llevan en la memoria», destacó la 'brand manager' de la cervecera, Inés Mínguez.

Bufandas y banderas al aire, pasajeros provistos de grandes peluches de león... El barco parecía la grada de animación de San Mamés con tantas zamarras rojiblancas. Sonaba a todo volumen el 'Aurrera Aurrera Athletic', de Kepa Junkera y Tontxu Ipiña, mientras los camareros empezaron a servir gildas, pintxos de muselina de jamón, minisandwiches de maíz con salmón ahumado, pepinillo y rúcula y cervezas, muchas cervezas. También botellines de agua, que había que mantener la estabilidad. Pero Josu Muñoz, dueño del bar Zalea de Juan Ajurriaguerra, seguía a lo suyo: «Ruiz de Galarreta es el cerebro y Vivian está que se sale. Tenemos un fuera de serie en cada línea», subrayó.

Nada más zarpar, el bermeano Iñigo Zulueta, de 73 años y socio del Athletic desde hace 35, se sostenía en pie mientras se hacía selfies en solitario y bailaba, todo a la vez, al ritmo de 'Ochentera', el pelotazo del verano pasado. Parecía un niño de lo feliz que estaba. «Esto es como un campeonato del mundo. Nadie tiene una gabarra», remarcó, mientras una responsable de la tripulación advertía a Eneko Van Horenbeke, protagonista de 'El Conquistador del fin del mundo', que disponía de «un minuto» para bajarse de la nave tras acceder desde una minilancha. «Vivir la gabarra es un sueño para cualquier vizcaíno», confesó, aunque su justificación no le sirvió de mucho. Volvió casi de inmediato a su diminuta lancha, pero, eso sí, con tres cervezas en las manos.

Y de repente arrancó la singladura. Con pequeños choques entre embarcaciones en la misma salida. Nada de reseñar. En apenas 15 minutos los ánimos se exaltaron, bajo un Puente Colgante inundado de bengalas. Y con muchísima gente encaramada en los tejados de todo tipo de edificios. «Esto es la puta locura», se asombraba un periodista de 'El Chiringuito de Jugones'.

La peña, que se pasó todo el recorrido cantando, dio el do de pecho con el 'Txapeldunak, Txapeldunak, oé, oé, oé' nada más situarse a la par de la gabarra en la que viajaban algunas de las viejas glorias del 84: Liceranzu, Goiko, Dani, Clemente, Patxi Salinas... Pero el «campeón» fue un joven con discapacidad al que solo le faltó hacer la ola mientras los 60 pasajeros repetían, sin excepción, su nombre 'Joooooosu, Joooooosu, Joooooosu'.

Los primeros embotellamientos se vivieron a la altura de Zorrozaurre y se redoblaron en Deusto, repleto de balcones a reventar, y con bastantes pasajeros poniéndose las botas comiendo carolinas. Rojiblancas, por supuesto. Algunas fachadas mostraron su sentimiento athleticzale con pancartas en letras mayúsculas en las que se leía 'A LO BAJINI'.

Pero ayer todo fue por lo alto. «Estoy emocionalmente agotada, pero lo vivido hoy se lo contaré a mis hijos y nietos», remató, ya de vuelta, Aitana Ávila.