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Álex Berenguer tardará en olvidar el partido de Glasgow. Es un jugador que no se come mucho la cabeza, mentalmente es fuerte y jamás se ... esconde, por lo que no le afectará en exceso el momento maldito que vivió en el Ibrox Stadium. Ahora bien, recordará durante mucho tiempo lo que experimentó entre los minutos 76, cuando marcó en el corazón del área en fuera de juego, y el 82, instante en el que falló el penalti que hubiera significado la victoria ante un Rangers que acabó con nueve por la expulsión de Pröpper y la lesión de Sterling –en medio hubo intervención del VAR y bastante espera para la ejecución de la pena máxima–. En un puñado de segundos, el extremo navarro pasó por todos los estados, del líquido al gaseoso y luego al sólido; de la felicidad a la frustración por haber dejado escapar una gran oportunidad de regresar a casa con una victoria.
Berenguer empezó el partido en el banquillo, con Iñaki Williams y Nico acomodados en los costados. Ninguno de los dos tuvo su día y apenas pudieron con sus marcadores, sobre todo el menor de los hermanos, quien soñará con la lapa Tavernier. Ernesto Valverde esperó hasta el minuto 74 para activar al de Barañain, quien entró por un gris Sancet. Txingurri centró a Nico y dio la banda izquierda al navarro, quien no tardó en revolucionar el choque y ponerlo patas arriba.
Lewis Kelly detiene el penalti de Berenguer.
— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) April 10, 2025
Continúa el 0-0 en el marcador de Ibrox Park.#UEL #LaCasaDelFútbol pic.twitter.com/3oOOA3ydhJ
Nada más saltar a la alfombra del Ibrox Stadium, Berenguer pidió un balón en profundidad. Se lo sirvieron, lo bajó y se hizo con él Guruzeta, quien estrelló su remate en el portero local. El rechace le cayó al extremo, quien mandó la pelota a la red. Lo celebró por todo lo alto, al igual que Valverde en la zona técnica, apretando el puño y liberando toda la tensión acumulada, pero el VAR reclamó la presencia del árbitro rumano István Kovács. Efectivamente, el Athletic había marcado en un claro fuera de juego, pero la tecnología no examinaba la posición del goleador sino una posible mano del defensa Sterling. Y la hubo. Un leve toque captado por las cámaras que se saldó con los once metros a favor de los rojiblancos. Había que empezar de nuevo y Berenguer asumió la responsabilidad de tirarlo.
Parada de Kelly por el centro
El marcador se puso a cero de nuevo y el navarro colocó el balón sobre el punto de cal. Eligió tirar por el medio, pero Kelly sacó su disparo con la pierna izquierda. El estadio lo celebró como si fuera un título, aunque en realidad lo que hizo fue premiar la parada de su portero y el esfuerzo de un Rangers que ya llevaba 70 minutos con uno menos sobre el campo. El de Barañain, el hombre que transformó la pena máxima decisiva en la final de la Copa en la noche inolvidable de La Cartuja, se llevó las manos a la cabeza y maldijo su mala suerte. Luego esbozó una media sonrisa, nerviosa, consciente de que había perdonado la vida a un rival cogido con alfileres. Pasó del todo a la nada en apenas unos instantes, una montaña rusa de emociones, que anoche salió cruz.
Era el segundo penalti fallado por Berenguer en lo que va de temporada, quinto del Athletic de un total de siete ejecutados. El primero lo erró en aquel delirio de encuentro en Montilivi, donde también perdonaron Iñaki Williams y Ander Herrera. Mikel Vesga tampoco pudo batir a Nyland hace poco en el Pizjuán, aunque Yeray se encargó de traer los tres puntos a casa. «Cuando he visto que señalaban penalti... Madre mía, con la racha que tenemos», dijo después del partido Txingurri. No lo veía nada claro y estaba en lo cierto. El único futbolista que se ha mostrado infalible desde el punto de cal este año es Sancet, con un dos de dos. Pero ya estaba en el banquillo.
El Athletic no pudo con el muro escocés, que resistió en el Ibrox Stadium hasta con nueve, pero aún queda San Mamés.
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