Ser o no ser en la Champions ante el Qarabaj
Tras caer en las dos primeras jornadas, el Athletic está obligado hoya la victoria para mantener sus esperanzas en la Champions
Es cierto que sólo es la tercera jornada y que, por tanto, quedarían cinco por delante, es decir, quince puntos en juego, pero no conviene ... engañarse con este tipo de cuentas voluntaristas que recuerdan a las famosas de la lechera: el Athletic se juega hoy ante el Qarabag su futuro en la Champions. Tras las derrotas ante el Arsenal y el Borussia Dortmund, lo de esta tarde es un ser o no ser para los rojiblancos. Todo lo que no sea ganar a los azerbaiyanos, que cuentan sus dos partidos por victorias, sería un golpe que les dejaría prácticamente KO en una competición cuya conquista tantos esfuerzos supuso y tantas ilusiones generó.
En este sentido, se podría decir que el Athletic se juega hoy algo muy importante por mucho que, como insisten desde el club y desde el cuerpo técnico, la prioridad sea siempre la Liga. Esto es verdad, pero no significa que sea mentira que la hinchada se llevaría una gran decepción si la trayectoria de su equipo en la Champions acaba convirtiéndose en algo anecdótico. Por eso ganar esta tarde es imprescindible: porque el equipo debe demostrar no tanto que pueda clasificarse para los dieciseisavos como que puede competir y dejar claro que este torneo no le queda varias tallas grande, un poco como le sucedió al Girona la pasada temporada. Sería realmente triste que los cinco partidos que restan se jueguen casi a beneficio de inventario.
Para ayudar a evitar esta posibilidad se espera un ambiente de gala en San Mamés. Si algo detecta a la perfección la hinchada del Athletic es cuando el equipo necesita su ayuda y este es, sin duda, uno de esos momentos. A los rojiblancos no les ha acompañado el juego en toda la temporada y presentan una flagrante debilidad en ataque. Necesitan salir de ese círculo vicioso con un partido vibrante, con una victoria con goles que les quite de cuajo las dudas y les levante el ánimo tanto para la Liga como para la Champions, empezando por ese partido tan bonito contra el Newcastle en Saint James Park dentro de dos semanas.
Hoy podría ser el primer día del resurgimiento del Athletic y esto lo saben tanto los aficionados como los jugadores, de los que hay que esperar, por tanto, la mejor actitud. Y no sólo eso. También hay que esperar un golpe en la mesa de sus estrellas, en concreto de las que juegan en posiciones ofensivas. Hablamos, evidentemente, de los hermanos Williams, Sancet y Berenguer. Suya es la responsabilidad de marcar la diferencia en los partidos clave como este ante el Qarabag. Ahora bien, dicho esto no queda otro remedio que esperar al once de Valverde, al que se le presenta un dilema muy peliagudo: si apostar por su once de gala en vista de que está obligado a la victoria o volver a realizar muchas rotaciones, como hizo ante el Arsenal y el Borussia Dortmund, pensando en el choque del sábado ante el Getafe.
¿Rotaciones?
¿Qué hará? Nadie lo sabe. Está claro que Txingurri tiene muy presente el duelo -nunca mejor dicho- contra la tropa de Bordalás, un duro rival que en San Mamés se le indigesta al Athletic como un bocadillo de tornillos. En sus últimas ocho visitas, de hecho, los madrileños se han llevado seis empates y una victoria por sólo una derrota. Ahora bien, el sentido común induce a pensar que el técnico rojiblanco será hoy más comedido a la hora de hacer rotaciones de lo que lo fue en los dos partidos anteriores de Champions. Y es que el mensaje que mandaría en el caso de reservar a cinco o seis titulares indiscutibles sería muy peligroso. De no ganar, casi equivaldría a pensar que el Athletic ha tirado la Champions, ese torneo que venía siendo un sueño desde hace once años.
El Qarabag, además, es mejor de lo que muchos pueden pensar. Lo ha demostrado en sus dos partidos, especialmente con aquella remontada tras ir perdiendo 2-0 en el estadio da Luz ante el Benfica. Eso no lo hace ninguna cenicienta. Los azerbaiyanos, con su incombustible Gurban Gurbanov en el banquillo, son un grupo internacional de buenos futbolistas reunidos en una liga menor pero que tienen su gran escaparate en las competiciones europeas. Recuerdan a aquel Shakhtar Donetsk de Mircea Lucescu que empató a cero en Bilbao en la última aparición de los rojiblancos en la máxima competición continental. Esta tarde, además, hay que dar por descontado que los visitantes tendrán la motivación por las nubes. Y es que un triunfo les dejaría en una situación magnífica para clasificarse.
Aún así, el Qarabag es un rival que le puede venir bien al Athletic, ya que juega y deja jugar. Si la presión de los rojiblancos es lo feroz y afinada que puede llegar a ser -no olvidemos, por ejemplo, lo mal que lo pasó el Arsenal durante setenta minutos- la victoria estaría cerca. Siempre y cuando los pupilos de Valverde tengan un mínimo de eficacia en sus ocasiones, se entiende. Es cierto que no la están teniendo y que la cifra de cuatro goles en sus últimos ocho partidos da escalofríos, pero en algún momento tiene que terminar esa penuria. Que no es normal. Sería perfecto que fuera hoy.
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