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Iñaki Williams intenta armar el disparo ante varios jugadores de Osasuna en el partido de Copa disputado en San Mamés. Manu Cecilio

El capitán Iñaki Williams va a por el medio millar de batallas

Hacer historia ·

El delantero afronta el año Champions como líder del Athletic y busca franquear el listón de los 500 partidos, algo que solo han conseguido siete rojiblancos

Robert Basic

Bilbao

Jueves, 5 de junio 2025, 00:51

Al acabar el partido contra el Barcelona, con más de 50.000 personas en las gradas, Óscar de Marcos se quitó el brazalete y se lo puso a Iñaki Williams. Fue un movimiento programado y de una profunda carga simbólica que escenificó el traspaso de poderes entre el capitán saliente y el que asume la responsabilidad de representar y liderar al equipo en el curso de la Champions y más allá. El honor y el compromiso recaen en el delantero bilbaíno, convertido hace tiempo en uno de los estandartes del club, perfectamente alineado con los valores y la forma de ser de una institución que cumple 127 años de vida y goza de un excelente estado de salud. El mayor de los hermanos, ahora de vacaciones hasta los primeros días de julio, afronta la próxima temporada con varios retos por delante: interiorizar la capitanía titular y su significado, ponerse al frente del Athletic en la mejor competición de clubes y franquear el listón de los 500 partidos como rojiblanco, algo que solo han logrado siete futbolistas en toda la historia del conjunto vizcaíno.

Iñaki Williams es un ejemplo canónico de fiabilidad y disponibilidad, siempre al servicio del entrenador y del equipo. En diciembre de 2024 se cumplieron diez años de su debut y desde su estreno como rojiblanco ha sumado 471 partidos, lo que le coloca ahora mismo como el décimo jugador con más encuentros en el Athletic. Un repaso a sus números constata que participa en una media de 43 choques por temporada, por lo que seguir en esta línea le permitiría acomodarse en el 'Top 5' de esta clasificación. Y solo tiene 30 años –cumple 31 el 15 de junio–, así que está en condiciones de hacer historia y con el paso del tiempo escalar a lo más alto de un ránking encabezado por una leyenda como José Ángel Iribar. Casi nunca se lesiona y si lo hace el período de baja es mínimo, tiene contrato hasta 2028 y un físico privilegiado y mucha hambre por hacer cosas importantes con el club de su vida.

Iñaki Williams

«Para la gente y para nosotros, el Athletic es una religión. Es sentimiento, cultura, pertenencia»

En la temporada que viene, el Athletic disputará un mínimo de 48 partidos entre Liga (38), Champions (8), Copa (1) y Supercopa (1). A buen seguro serán más porque con poco que haga el equipo se irá por encima del medio centenar, al igual que en el curso que acaba de terminar (55). De ahí que el mayor de los Williams dispondrá de muchos minutos y encuentros para ir adelantado a gente como Orue (483) y Gainza (496), dos inmortales rojiblancos, y adentrarse en el selecto club de los 500, donde solo están Susaeta (507), Iraola (510), Etxeberria (514), Txetxu Rojo (541), Muniain (560), De Marcos (573) y el mito Iribar (614). Si participa en 44, el capitán adelantaría a 'Etxebe' y ocuparía el quinto escalón histórico. No es una cifra descabellada porque en la última campaña jugó 50, lo que le permitió dejar atrás a Argote, Julen Guerrero, Canito y Larrazabal.

Ampliar la cuenta goleadora

El nuevo primer capitán del Athletic también está ante la oportunidad de seguir engordando su cuenta anotadora. Con 111 goles marcados ocupa el puesto 19 en la clasificación de los máximos artilleros rojiblancos. Su media es de diez dianas por temporada –una cada 4,3 encuentros–. Si lo repite avanzaría hasta la decimotercera posición dejando atrás a Guerrero (116), Iriondo (116), Llorente (118), Carlos (118) y Sarabia (118), para igualar al mito Fidel Uriarte (121). Una actuación regular en este sentido le permitiría terminar con holgura en el Top 10 una vez cumplido su actual contrato en 2028. Es otro de los retos que asoman en el horizonte de Iñaki Williams, quien de todos modos prioriza el colectivo y deberá hacerlo aún más con el brazalete heredado de De Marcos.

Porque liderar al vestuario y defender la marca y los valores del Athletic tiene que figurar en lo más alto de la lista de prioridades del delantero bilbaíno. En una década se ha ido gente como Iraola, Gurpegui, Muniain, Raúl García y De Marcos, entre otros, por lo que Williams hereda la responsabilidad de seguir transmitiendo la esencia rojiblanca, su singularidad, una manera diferente de competir y sentir, por supuesto compatible con el objetivo de evolucionar como futbolista. Conjugar estas dos facetas es el gran reto al que se enfrentará en los próximos años el hombre que así entiende el escudo que lleva cosido en el pecho: «La afición podría estar donde estamos nosotros y nosotros podríamos estar donde están ellos. Es sentimiento, cultura, pertenencia. Para la gente y para nosotros, el Athletic es una religión». Y él la profesa con mucha fe, ahora con el brazalete.

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