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Budimir fichó en 2020 por Osasuna. Hasta entonces nunca había estado más de dos años en un mismo equipo. EFE
Budimir, la gran amenaza para el Athletic en Copa

Budimir, la gran amenaza para el Athletic en Copa

A tres goles de ser el máximo anotador histórico de Osasuna en Primera, el croata lidera una columna vertebral en la que destacan también Aimar Oroz, Torró, Areso o Herrera

Martes, 14 de enero 2025, 00:49

Resultó curioso escuchar a Vicente Moreno, técnico franco y sincero donde los haya, tratar de explicar la suplencia de Ante Budimir (Zenica, Bosnia) el domingo en el Metropolitano. «Ponemos el equipo que pensamos que es mejor para ese partido», esquivó como pudo antes de reconocer que «hay que ir también un poco más allá, por lo menos nosotros como entrenadores tenemos que planificar». El caso es que el delantero croata, buque insignia de Osasuna desde su llegada en 2020, apenas tuvo un cuarto de hora ante el Atlético con la vista puesta en el duelo de este jueves (19.30 horas) en San Mamés. Reservó el entrenador de Massanassa a su jugador diferencial en toda una declaración de intenciones: irá con todo en Copa.

No solo Budimir comenzó desde el banquillo el duelo ante el coronado campeón de invierno. Otros dos futbolistas capitales en el esquema rojillo como Areso y Aimar Oroz tampoco fueron titulares, dos ejemplos más de que el duelo que acogerá La Catedral está marcado en rojo en el calendario de Osasuna, un equipo que no está echando de menos a Jagoba Arrasate y que de la mano de Moreno permanece como un bloque sólido, reconocible y capaz de amargar la tarde a cualquiera. Que se lo digan si no al Barcelona de Flick, que se llevó cuatro goles de El Sadar. A pesar de acumular siete jornadas sin conocer la victoria, bien sabe el Athletic que los de Pamplona son competitivos como pocos. El último choque copero entre ambos fue aquella semifinal de 2023 de infausto recuerdo rojiblanco, con el gol de Pablo Ibáñez a cuatro minutos de la tanda de penaltis.

En este Osasuna solo hay cabida para pequeñas variaciones tácticas –como el paso de la retaguardia de cuatro a cinco defensas–, porque un buen número de piezas son indiscutibles, empezando por el delantero internacional con Croacia, escoltado por un Aimar Oroz que se ha hecho con la mediapunta tras los cantos de sirena procedentes de Bilbao. Es, con permiso del intermitente Rubén García, el jugador más desequilibrante tras la ausencia por lesión de Bryan Zaragoza, al que su equipo necesita como el comer. La columna se vertebra en la figura de Torró, mediocentro de corte defensivo que también aporta mucho en la creación e incluso en llegada a portería.

Budimir ha alcanzado en Pamplona la madurez en una carrera en la que pasó por ocho equipos en una década

En la defensa, pese a las modificaciones, hay tres intocables. Son los centrales Boyomo y Catena y el lateral derecho Jesús Areso, especialmente motivado cada vez que tiene al Athletic enfrente. El de Cascante cambió Tajonar por Lezama en 2016 y cinco años después y tras un último curso apartado por no renovar regresó a Pamplona sin haber debutado con el primer equipo rojiblanco. Tras una fructífera cesión en el Burgos se ha destapado como uno de los mejores carrileros del campeonato. Bajo palos se encuentra un Sergio Herrera que también está cuajando una buena temporada.

Un cisne migrante

Todos ellos componen los sólidos cimientos en los que se sustenta un equipo que luchará hasta el final por regresar a competición europea y que apostará por la Copa como la vía de acceso más eficaz, como ya hiciera en 2023 al alcanzar la final, en la que sucumbió ante el Real Madrid en la misma Cartuja donde un año después se coronó el Athletic. Pero por encima de todos destaca Ante Budimir, el gigante nacido en la extinta Yugoslavia que recorrió cinco países y pasó por ocho equipos en una década. Nunca había permanecido más de dos temporadas en el mismo equipo. Hasta que Osasuna apostó firme en 2020 por el espigado delantero que se salió en el Mallorca en la campaña interrumpida por la pandemia después de golear en el Crotone. Entonces al borde de la treintena –ahora tiene 33 años–, el 'Cisne de Zenica', en una suerte de reminiscencia por lo experimentado con Aduriz, explotó a nivel goleador.

No debutó con Croacia hasta finales de ese 2020, recién llegado a una Pamplona que le adora, y ya ha acudido a dos Eurocopas y a un Mundial. Es, además, el segundo máximo goleador de Osasuna en Primera. Con 54 dianas en 141 compromisos, tan solo está a tres de igualar a Sabino Andonegui, delantero en los años 50 y 60, en el olimpo rojillo.

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