El Bilbao Athletic da un paso insuficiente para la salvación
De ida y vuelta ·
El empate en Lezama ante el Barça B no alivia en exceso las urgencias del filial rojiblanco, que al menos abandona la posición de colistaEl empate (1-1) en Lezama ante el filial del Barça no saca al Bilbao Athletic de esa situación calificada como «inquietante» por el director ... de fútbol del conjunto rojiblanco, Mikel González. El punto, eso sí, le sirve para abandonar el puesto de colista y cedérselo al Calahorra. A falta de que concluya esta jornada está a ocho puntos de la salvación. El paso frente al Barça no es suficiente para respirar.
Para el filial rojiblanco era un partido casi agónico. Lleva desde el inicio de la temporada bordeando el precipicio. Antes de esta jornada ocupaba la última posición del grupo, a nueve puntos de la frontera que marca la supervivencia. Muy lejos. Enfrente estaba un rival de buen toque que pelea por meterse en la fase de ascenso. La fructífera escuela del Barcelona que alumbró a Messi, Xavi e Iniesta mostraba en Lezama a su última camada.
El Bilbao Athletic reculó enseguida, con la meta de Izpizua bien resguardada por Eguiluz, Mendibe, Rego y Rincón. El Barça reclamó el balón. Vive de la posesión. Es la marca de la casa. Pero con eso no basta. Y Rincón enseñó pronto, en el minuto diez, que hay maneras más cortas y rápidas de llegar al área contraria. El lateral rojiblanco subió su banda como una ola y vio en la otra cara del campo cómo se abría hueco Malcom Adu Ares, que todo lo hizo bien. Se internó. Frenó. Miró. Yvio en el área a Goti, que convirtió en gol ese preciso contragolpe. Alivio para las urgencias.
El Bilbao Athletic tiró de solidaridad. Presión compartida. Izeta, Goti y Malcom echaban una mano desde la delantera. En la media, Gerenebarrena se multiplicaba también. Y así, entre todos, consiguieron espesar el juego combinativo de los culés, que trataban de abrir el campo con el lateral vizcaíno Núñez. El conjunto azulgrana buscaba a sus extremos, el habilidoso Cruz y el rápido Estanis. Pero no encontraban la llave del área de Izpizua.
Con el balón en sus botas, el Barça obligó a dar otro paso atrás al conjunto local. Dionkou dibujó el pase que Riad no acertó a poner en el gatillo de un compañero porque Izpizua se le adelantó con un despeje de puño. Dionkou fue también protagonista por su dureza. Cometió dos faltas, una al borde del área y otra por detrás, que merecieron tarjeta. No fue sancionado.
Por esa banda seguía brillando Rincón hasta que se lesionó antes del descanso. Mientras el lateral se iba, se desató una tangana entre rojiblancos y azulgrana, vestidos esta vez de color café con leche. Hubo bastante mala leche en esa trifulca saldada con tarjetas a Barberá y Eguiluz.
Malcom, en otra contra, pudo marcar el 2-0, pero, ya en la segunda mitad, fue el Barça el que acertó. Moha y Barberá trazaron un triángulo de pases que acabó con un disparo al larguero que rebotó, según el colegiado, dentro de la portería. El empate, obra de Barberá, inauguró otro partido, más abierto. Izeta, que se hizo hueco entre dos defensas, casi anotó para el equipo de Álex Pallarés. Hasta el final todo fue como una moneda al aire, con opciones para los dos. Pero la moneda no cayó ni de un lado ni de otro gracias a una gran parada de Izpizua que salvó un punto insuficiente para insuflar aire en el salvavidas del Bilbao Athletic.
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