La obra de arte culminada por Berenguer en la que participaron nueve jugadores de campo
El navarro cerró de forma magistral un ataque de 17 pases en 39 segundos en el que todo el mundo tocó el balón menos Yeray
Había que verlo una y otra vez. Parar la jugada, examinar a los jugadores, su posición en el campo, darle otra vez a la flecha y seguir disfrutando. El Athletic pasó por encima del Cádiz en el Ramón de Carranza con una exhibición de fútbol, ambición y hambre ofensiva. Para siempre quedará en la memoria el tercer gol rojiblanco, el segundo en la cuenta particular de Álex Berenguer, una combinación coral que mostró en todo su esplendor lo que fue la noche gaditana para los bilbaínos. Hasta nueve futbolistas de campo participaron en la elaboración de una pequeña maravilla culminada por el navarro, llevada a cabo en 17 pases y 39 segundos. Solo Yeray no ha tocado la pelota en una acción iniciada por Núñez y cerrada por el extremo, quien se reivindicó con un doblete para convertirse en el máximo goleador del equipo en la Liga junto con Williams con cinco tantos.
El reloj marcaba 27 minutos y 23 segundos cuando Núñez puso el balón en juego. Se la dio a Vesga, quien rápidamente buscó a Muniain. A partir de aquí, comenzó la distribución entre el capitán, Raúl García, Berenguer, Unai López, Capa, Williams y Yuri. Un toque, varios toques, tuya-mía y cambio de orientación para trasladar el juego a la banda izquierda, donde Berchiche hizo un control orientado, se fue hacia dentro y se la entregó al delantero bilbaíno. La bala rojiblanca se la dio a Muniain, quien puso un centro para que Berenguer domara la bola y se la picara por encima a Jeremías Conan Ledesma. Golazo. El marcador señalaba 28'02. 39 segundos de fútbol preciso, cocinado y con sentido, que el equipo convirtió en sentencia. 0-3 que desnudaba las carencias de un Cádiz desarbolado y ensalzaba la puesta en escena de los hombres de Marcelino.
Caño a Alcalá y gol
Merece la pena revisar la acción una y otra vez para disfrutar de su mensaje. Toque, aperturas, triangulaciones, cambio de sentido y la estocada. Con Berenguer en papel de ejecutor, habilidad por la que se le trajo del Torino a cambio de 10 millones de euros. Antes de la maravilla colectiva, en el minuto cuatro se asoció con Williams. Un pase en profundidad de Yuri le llegó al delantero bilbaíno, quien hizo una dejada al primer toque. El navarro desempaquetó el regalo, rompió a Alcalá, caño incluido, y batió a Ledesma. Una acción preciosa, de mucha calidad, que daba alas al interior. Y luego vino lo que vino, una jugada de dibujos animados coronada por un toque sutil que acabó con el Cádiz.
Todo le fue como la seda al Athletic, que hizo uno de los mejores encuentros con Marcelino en el banquillo. Berenguer fue la estrella de una noche en la que brillaron todos. «Estoy muy contento por los dos goles, pero podía haber metido el tercero», dijo el extremo en referencia a una volea que se le fue alta en el minuto 36. Y así explicó la ejecución de su segundo tanto: «Me he quedado delante del portero y lo tenía pegado. La he levantado picadita». Estaba contento con su actuación y también con la de sus compañeros. ¿Europa es el objetivo? «Sí. Trabajamos muy bien. Estamos unidos. Si seguimos así -subrayó-, este equipo no tiene límite».
