Balenziaga convence a Marcelino

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El hueco de Berchiche era muy complicado de llenar. En realidad, no era posible hacerlo sin que el equipo se resintiera de algún modo. El reto, por supuesto, era que se resintiese lo menos posible. Para ello, Marcelino manejaba tres variantes. La principal, Mikel Balenziaga, que ya había sido el sustituto de Berchiche en los muchos partidos que el zarauztarra se perdió la pasada temporada. De hecho, el lateral de Zumarraga fue titular en los dos partidos de la Supercopa y en las nueve últimas jornadas de Liga. Las otras dos opciones eran Lekue y De Marcos, futbolistas que se manejan mejor por la derecha pero que también han jugado con relativa frecuencia por la izquierda. Tras las diferentes pruebas realizadas durante pretemporada, llegada la primera jornada Marcelino optó por la solución más convencional, la que destacaba en los pronósticos. Y lo cierto es que está muy satisfecho de ella.

Balenziaga ha convencido al técnico rojiblanco, que valora la solidez defensiva que ha mostrado ante el Elche, el Barça, el Celta y el Mallorca. Se diría que el guipuzcoano ha dado a su entrenador lo que éste le ha pedido: seguridad, buenos marcajes, un margen muy escaso de errores y fiereza para ir a la presión con puntualidad. Que su contribución al ataque esté siendo casi inapreciable no parece importar a Marcelino, consciente de que ese no es el negociado de un jugador técnicamente tan limitado.

Visto el rendimiento de la retaguardia rojiblanca, que sólo ha encajado un gol en cuatro jornadas y ha concedido muy pocos remates a sus rivales, tampoco es de extrañar que el entrenador asturiano esté satisfecho y que el estatus de Balenziaga haya cambiado. Hasta el punto de que, a este paso, no se podrá descartar una nueva renovación en junio de 2022. En realidad, sólo lo impediría que Imanol García de Albéniz haga una temporada excelente en el Mirandés -la verdad es su comienzo no ha podido ser más prometedor- y su regreso sea tan inevitable como lo ha sido el de Vivian.

Esto último se puede considerar un triunfo personal del jugador de Zumarraga, que hace tres años parecía un futbolista absolutamente amortizado. De hecho, aquella renovación por tres temporadas que le ofreció Josu Urrutia en diciembre de 2018, pocos días antes de las elecciones, fue recibida con muchas críticas. Y no sólo por el insospechado momento elegido por el entonces presidente del club para llevarla a cabo. Se trataba de críticas deportivas y había que entenderlas. Balenziaga, que vivió sus años más productivos con Valverde, nunca fue un jugador muy admirado que se diga y, además, se había convertido en un suplente fijo tras el fichaje de Berchiche. En las dos temporadas siguientes, de hecho, su presencia fue testimonial: sólo fue titular en doce partidos. Que ahora lo haya sido en los últimos trece es algo que nadie podía imaginar. Por supuesto que se ha visto beneficiado la lesión de Berchiche, pero más allá de esa coyuntura tampoco se puede discutir que ha aprovechado su oportunidad.