«El Athletic es el sueño de todo jugador vasco-navarro»

- ¿El Torino?

- Digamos que ha sido el club en el que he llegado a explotar mis habilidades como futbolista, y a mejorarlas. Me ha completado como futbolista.

- ¿Y el Athletic?

- El Athletic es el sueño de todo jugador vasco-navarro.

- ¿Qué aprendió de Italia y de su fútbol?

- Que no puedes recibir un balón sin tener un defensa en el cogote. Por eso ahora intento jugar con muchos primeros toques, controles orientados. Defensivamente he aprendido también. Los primeros pases, hacerlo al primer toque. Allí no tienes tiempo para recibir y pensar. Debes tener pensado lo que vas a hacer cuando te llega el balón.

- ¿En quién se fija?

- En Neymar. Siempre me ha gustado. Las cosas que hace, los regates, los goles que marca. Juega en mi posición y me fijo en él.

- ¿Quién fue la primera persona a la que dijo que se iba al Athletic?

- Llamé a mi padre y a mi madre. Les tenía en ascuas. Me llamaban todos los días para preguntarme qué iba a pasar. Cuando me confirmaron que estaba todo listo, les llamé y les dije: 'Pasado mañana voy a Bilbao. Está hecho'.

- ¿Qué tal sentó la noticia en su cuadrilla navarra?

- Bien. Ellos quieren que yo esté bien y tenga un buen futuro. Muchos de mis amigos son de Osasuna, pero lo entienden.

- En 2017, cuando fichó por el Torino, dijo: «Si hubiera ido al Athletic, igual en Pamplona no me tratarían tan bien».

- Tampoco he ido mucho a Pamplona últimamente, pero me tratan bien.

- Durante el confinamiento, en Italia, donó un dinero al hospital San Raffaele de Milán.

- Estaban colapsados. Somos unos privilegiados. Tenemos el poder adquisitivo para hacer estas cosas. Ayudar a la gente necesitada es lo mínimo que podemos hacer.

- ¿Con quién ha hecho buenas migas en el vestuario?

- Con casi todos. Pero con los que más suelo estar es con Muniain, Williams, Sancet...

- ¿El Athletic es lo que esperaba, es más, es menos?

- Es más. No sabía que era tan familiar. Osasuna era muy familiar, pero luego fui a Italia y no tenía nada que ver. Aquí veo que el equipo está unido, no hay enfados si uno no juega. En Italia era algo impensable.