El Athletic de Marcelino vuelve al punto de partida y calca los resultados de Garitano

Los días de vino y rosas han dado paso a la travesía del desierto en la que se encuentra el equipo rojiblanco, golpeado por las derrotas en las Copas y por el esfuerzo sin premio, donde sus números reflejan su decadencia y que tres meses después del relevo en el banquillo, el Athletic se encuentra de nuevo en el punto de partida, soportando una media de puntos en Liga similar a la que cosechó Garitano -1,21 en el caso del asturiano por 1,23 del preparador de Derio- y con una decadencia absoluta en el aspecto goleador. El equipo ha pasado de una tremenda media de 2,6 goles por encuentro cuando llegó Marcelino al sonrojante 0,37% de los últimos ocho partidos. ¿Un ejemplo de este retroceso? La impotencia que se vio el miércoles en el Benito Villamarín, con el Athletic incapaz de marcar ante un Betis con diez jugadores desde el minuto 11, y desperdiciando las ocasiones que tuvo ante Claudio Bravo, bien por desacierto propio o por capacidad del guardameta.

Estos tres meses de auge y caída del Athletic se justifican con su rendimiento en números. La llegada de Marcelino supuso una sacudida a una plantilla encogida bajo el mando de Garitano, a la que cualquier golpe del rival era capaz de descomponer. Cuando se produjo la destitución en enero tras ganar 1-0 al Elche, el Athletic tenía 21 puntos en 17 encuentros (6 victorias, 3 empates y 8 derrotas), una media de 1,23 puntos por partido. Y 19 goles a favor y en contra, es decir, 1,11 de media.

Con el técnico asturiano, los cinco primeros encuentros se saldaron con 13 goles a favor y 7 en contra, con lo que la media realizadora se disparó desde el 1,11 al 2,6 por partido. Como explicó Raúl García al ser cuestionado por aquel cambio radical, «todos sabemos que cuando hay cambios la gente aprieta más. Nosotros mismos tenemos que reconocer que, entre comillas, te vas acomodando cuando llevas mucho con alguien».

Lo complicado del reto era mantener esa capacidad productiva cuando el Athletic tuviera que afrontar doble competición, con Liga y Copa en el calendario. Y esas dudas se confirmaron, pero a pesar de todo, los rojiblancos alcanzaron la final y mantuvieron el tipo en la Liga. Pero salvo aquella goleada en Cádiz (0-4), el equipo empezó a recordar viejos problemas que parecían superados, los de su capacidad goleadora. Las cifras empezaron a menguar, pero a mediados de marzo la diferencia todavía era notable respecto a la anterior etapa en el banquillo, con una media de 1,8 tantos por partido desde la llegada del asturiano.

En cuanto a puntos, las victorias contra el Cádiz y el Granada servían para que Marcelino presentara números favorables en su haber, con 3 victorias, 3 empates y dos derrotas en sus ocho primeros encuentros de Liga.

El desplome ha llegado en el último mes. Las dos finales de Copa han marcado el rumbo descendente del Athletic, su caída en todos los aspectos, tanto en juego, como en resultados y en cifras. Los rojiblancos no ganan desde el 7 de marzo, cuando superaron 2-1 al Granada, sumando cinco empates y una derrota en la Liga, a lo que hay que añadir las dos finales de Copa perdidas. En este tiempo, el equipo ha marcado tres goles, lo que se traduce en una media de 0,37 tantos por encuentro, y ha encajado 9.

Dicho de otro modo, Marcelino ha pasado de esa media tan llamativa en sus inicios de 2,6 goles por duelo a una no menos sorprendente de 0,37, lo que evidencia el desplome realizador del Athletic. Incluso la cifra sigue siendo muy baja si se toman como referencia los últimos nueve encuentros de Liga, donde el Athletic ha anotado siete tantos (0,77). Aun así, Marcelino mantiene ventaja sobre Garitano en la tasa goleadora -1,42 frente a 1,11 de media- gracias a los 20 goles anotados en 14 encuentros.

Pero la media de puntos sí marca que la reacción del Athletic ha quedado en nada. Sigue en el mismo lugar, al mismo ritmo que arrancó 2021, con cambio de entrenador incluído. Quedan siete partidos, y sin un objetivo clasificatorio en el horizonte, Marcelino se enfrenta al reto de levantar al equipo y que vuelva a ser capaz de sumar puntos y golear para mirar la próxima campaña con un mayor optimismo. Valladolid, Sevilla, Osasuna, Huesca, Real Madrid y Elche marcarán el final del curso y el punto de partida a un nuevo proyecto donde Marcelino tendrá el reto de buscar el equilibrio que esta temporada, desde luego, no ha logrado.