Athletic 3-0 Elfsborg
El Athletic sigue firme y tranquilo en EuropaCon el joven Adama como gran protagonista con un gol y una asistencia, el equipo de Valverde gana sin despeinarse a un pobre Elfsborg y cada vez tiene más cerca entrar directo en octavos
El Athletic camina con botas de siete leguas por la Europa League y ya tiene encarrilado el pase a la siguiente ronda y muy bien ... encaminada la opción de quedar entre los ochos primeros y entrar directamente en los octavos. El Elfsborg no fue rival y el equipo de Valverde vivió una tarde muy plácida; una de las más sosegadas que se le recuerda en competición continental. Ganó por 3-0 sin despeinarse y disfrutó del día feliz de Adama Boiro, autor del primer gol y asistente en el tercero. La afición de San Mamés le despidió con una merecida ovación cuando fue sustituido en el minuto 75. Y es que el chaval, que hasta la fecha se había mostrado tímido en sus cuatro titularidades anteriores, decidió salir en busca de aventuras y no pudo hacerlo mejor.
Athletic
Unai Simón, Gorosabel, Vivian, Paredes, Adama (Lekue, min. 76), Prados, Galarreta (Ander Herrera, min. 56), Iñaki Williams (Berenguer, min. 56), Sancet (Unai Gómez, min. 63), Nico Williams (Nico Serrano, min. 63) y Guruzeta.
3
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Elfsborg
Pettersson, Holmén, Ibrahim (Ouma, min. 46), Henriksson, Hedlund, B. Zeneli (Holten, min. 72), Baldursson, Hult, Qasem (Kaib, min. 72), Baidoo (Yegbe, min. 72) y A. Zeneli (Rapp, min. 46).
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Goles: 1-0: min. 6, Adama. 2-0: min. 24, Prados. 3-0: min. 54, Guruzeta.
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Árbitro: Giorgi Kruashvili (Georgia). Amonestó a Iñaki Williams e Ibrahim.
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Incidencias: 46.325 espectadores en San Mamés.
Dejando de lado el resultado, la de Adama, es decir, la aparición de un lateral izquierdo con futuro, fue la gran noticia de un partido que fue un monólogo de los rojiblancos. Los suecos, de hecho, no llegaron a rematar entre los tres palos, de manera que el regreso de Unai Simón después de cuatro meses fue tan tranquilo que cabe preguntarse si el hombre llegó a aburrirse, si en el fondo, y viendo que el choque ya estaba finiquitado desde el minuto 54, el portero de Murgia no hubiera querido que los delanteros del Elfsborg le obligasen a trabajar un poco para poder firmar alguna paradita de mérito que le alegrara la reaparición.
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Lo cierto es que todo fue coser y cantar para el Athletic desde el pitido inicial. Hay días así. El Elfsborg vino a hacer algo que podríamos llamar turismo futbolístico, disfrutando del ambiente y la bella tarde de Bilbao, de la visita a un escenario imponente como San Mamés, incluso de la entrega del ramo de flores ante el busto de Pichichi. Lo de pelear contra el equipo de Valverde con ferocidad y convicción no entraba, sin embargo, en sus planes para la jornada. Asumida su inferioridad, los suecos quisieron protegerse y sostenerse sin daños el mayor tiempo posible. Su problema es que sólo aguantaron indemnes seis minutos. A partir de ese momento, la tierra se abrió bajos sus pies.
El primer gol de Adama con el Athletic, a los seis minutos, empezó a encarrilar la victoria
El Athletic forzó un córner y Nico Williams optó por una jugada ensayada. Ya se sabe que este tipo de acciones se han ido haciendo más complejas a medida que se ha hecho más difícil encontrar el factor sorpresa en un fútbol computarizado. De hecho, se han llegado a ver jugadas ensayadas tan enrevesadas que para su correcta ejecución requerían de un milagro. La de los rojiblancos tuvo su complejidad y a la vez, su necesaria sencillez letal: Nico buscó a Guruzeta, que se giró y pasó hacia atrás, a la carrera de Adama tras un buen desmarque. El disparo cruzado del joven lateral de Dakar fue perfecto. Y la alegría de todo el equipo, contagiosa.
A partir de ese momento, el Athletic se dedicó a disfrutar. Algunos jugadores, ciertamente más que otros. Bien asentado a través de Beñat Prados, que cada día está mejor, el equipo de Valverde hundió a los suecos en su área, sobre todo atacando por la banda izquierda. Adama estaba muy animado y Nico Williams olió la sangre y comenzó a torturar a conciencia a Ibrahim, un lateral de Ghana al que ayer le tocó bailar con la más fea. Si a esto se une que Sancet quiso unirse a la fiesta, está todo dicho. La tropa de Hiljemark se limitaba a mantener el orden, pero lo hacía sin la debida firmeza y, desde luego, sin pasar del centro del campo. Por lo que pudiera pasar. De hecho, su única jugada ofensiva fue una justo antes del descanso entre los hermanos Zenedi, que terminó con un defectuoso intento de vaselina sobre la salida forzada de Unai Simón.
Otra buena noticia
En este escenario de absoluta superioridad, el Athletic marcó el 2-0 en el minuto 24. Una diablura de Nico Williams sobre Ibrahim terminó en un centro impecable, entre algodones, y en un cabezazo magnífico de Prados. El navarro ya había marcado de una manera muy parecida ante el Valencia y ayer repitió una acción igual de meritoria. Fue otra buena noticia. Y no nos referimos sólo al gol sino al nivel que vuelve a mostrar Beñat Prados, cada vez más cerca del que empezó a ofrecer hace justo un año.
Los rojiblancos ya han asegurado la clasificación y tienen cerca entrar directamente en octavos
En el descanso hubo quien se preguntó si el Elfsborg mostraría algún tipo de reacción en la segunda parte, si daría alguna señal de vida más allá de pasar el rato con la persiana bajada, convirtiendo una y otra vez, como en un efecto acordeón, su defensa de tres centrales en una de cinco. Aunque su primera jugada en la reanudación fue un intento de llegada peligrosa que quedó en nada, la respuesta fue que no. No reaccionaron. Encajaron pronto el 3-0 tras una gran apertura de Ruiz de Galarreta y un control con el pecho y un gran pase de Adama que Guruzeta aprovechó de maravilla. Y a partir de ahí, pues nada, más allá de un cierto entretenimiento tampoco muy emocionante de la parroquia rojiblanca. Mientras Gorosabel bullía por su banda buscando él también su gol y Valverde aprovechaba para dar descanso a Galarreta, los hermanos Williams y Sancet pensando en el Rayo, la impresión es que los escandinavos ya sólo estaban interesados en no enfadar a ninguno de sus rivales para poder cambiar camisetas con ellos al final del partido.
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