El Athletic despega y empieza a elevar el vuelo

Ya advirtió Mendilibar que a este Athletic le hace falta muy poco para ganar un partido, que le basta con un gol. El de Zaldibar sabe de qué habla. Dos goles, uno en El Alcoraz, y el de anoche en San Mamés han bastado para meter en el zurrón rojiblanco seis puntos que son un tesoro.

Hace mucho tiempo que la de las armas dejó de ser la industria principal de Eibar. Sin embargo, el Eibar es y seguirá siendo el equipo armero por los siglos de los siglos. El fútbol se alimenta de sus tópicos así que el Eibar está condenado a ser el modesto equipo industrioso, ejemplar en su humildad que levanta admiración allí donde va. Si además pones a Mendibilar al frente de la cuadrilla, acabas visualizando en tu imaginación a unos tipos vestidos con buzo azul mahón y una llave inglesa en la mano dispuestos a disputarte los puntos como si estuvieran discutiendo un convenio colectivo.

La realidad es otra bien distinta. El Eibar ya no es el equipo que lo basa todo en el trabajo, el esfuerzo colectivo y la solidaridad. No es que haya perdido esos valores, que los sigue manteniendo. Lo que ocurre es que, además, ha añadido al conjunto otras virtudes como el talento individual de bastantes de sus futbolistas. Y Mendilibar no es ni de lejos, aunque a veces le guste interpretar ese papel, el técnico primario de autobús aparcado en el área y patadón. Hace tiempo que Mendilibar dejó de ser aquel entrenador al que en el vestuario de Lezama algunos miraron por encima del hombro con cara de 'con quién ha empatado éste'.

Gaizka Garitano sabía perfectamente a lo que se enfrentaba, no hay peor cuña que la de la misma madera, así que el Athletic salió al campo dispuesto para la batalla en este partido de rivalidad, nada que ver con aquel equipo que compareció en el último derbi de Anoeta, apocado y mirando a las musarañas. Y tan concentrados salieron los rojiblancos, que antes de que se cumpliera el primer minuto, ya estaban celebrando el gol de Raúl García, tras una buena combinación entre Muniain y Yuri en el costado izquierdo.

Abrir el marcador ante un equipo tan coriáceo como el Eibar es tener hecha casi la mitad de la tarea. Nadie en San Mamés pensó ni por un momento que aquello podía convertirse en un paseo. Los de Mendibilar encajaron el golpe en frío sin pestañear y siguieron con su plan sin mirar el marcador.

También el Athletic siguió impertérrito con su plan, como si no hubiera pasado nada en ese primer minuto del partido. Gaizka Garitano ha construido su equipo a partir de la seguridad defensiva, así que los apostadores empezaron a considerar seriamente la posibilidad de jugarse el dinero a la victoria por la mínima de los rojiblancos.

Afortunadamente, Dani García no sufrió anoche el ataque de melancolía que padeció en Ipurua en la primera vuelta, y cuando el mediocampista funciona a su nivel todo es más sencillo para el Athletic. Un error de Yeray y un disparo lejano de Kike García provocaron los únicos sobresaltos que padeció la parroquia. A cambio, Beñat estrelló un envío intencionado en el larguero.

Se encendió el partido tras el descanso porque el Eibar tuvo que dar un paso adelante, pero toda su cosecha ofensiva se redujo a un duro disparo de Cucurella que se fue fuera por poco y la jugada chusca de la noche cuando Charles evitó con su cuerpo el gol que ya cantaba el propio Cucurella tras un cabezazo a placer.

Williams se fabricó él solito una ocasión para haber marcado el gol de la noche, pero una vez más, se equivocó en el último momento. El delantero tampoco llegó a un envío de De Marcos que le dejaba solo en la boca del gol. Una lástima porque el Athletic había hecho méritos para ganar con más tranquilidad a un Eibar que, esta vez, se quedó en el tópico de equipo humilde y laborioso.