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Las calculadoras ya están en marcha en un fin de temporada que se presenta frenético en lo que a la pugna por la Champions se ... refiere. Por eso, el punto logrado ayer por el Athletic -es quien ocupa en estos momentos la cuarta plaza que da el pase directo a la Liga de Campeones- en el Reale Arena en un derbi trabado y plomizo sabe a gloria de cara a mantener las distancias frente a unos Villarreal y Betis que vienen pisando fuerte. Minimiza los posibles daños.
Los hombres de Ernesto Valverde cuentan ahora con tres puntos de ventaja más el average respecto al submarino amarillo, que doblegó con autoridad el sábado a Osasuna, y cuatro sobre el conjunto verdiblanco, que también sumó tres puntos de oro en tiempo de descuento en su visita al campo del Espanyol.
No es de extrañar, por tanto, que la mayoría de jugadores rojiblancos como el lateral Iñigo Lekue o el meta Unai Simón pusieran en valor el empate «en una semana complicada» tras la derrota continental ante el United el jueves en casa. «Es bueno porque en parte nos permite mantener un colchón respecto a los rivales directos en la Liga y también coger sensaciones de cara a la vuelta en Manchester, después de haber mantenido la portería a cero», recalcó el defensa rojiblanco.
Y es que el pulso entre bilbaínos, castellonenses y sevillanos promete emociones fuertes en las cuatro jornadas que restan para bajar el telón. Nadie está dispuesto a levanta el pie del acelerador, pese a que el cansancio comienza a hacer mella en los equipos después de un calendario sobrecargado. En este sentido, el Villarreal juega con cierta ventaja. Es el único de la terna que no disputa competición europea, por lo que su técnico, Marcelino García Toral, dispondrá de más tiempo para preparar los partidos y sus futbolistas, sobre el papel, estarán más frescos.
El Athletic, tras visitar Old Trafford el jueves, recibirá el domingo a un Alavés muy necesitado en San Mamés que se encuentran a sólo tres puntos de la zona de descenso. Después, los hombres de Valverde afrontarán una doble cita fuera de casa ante Getafe y Valencia, respectivamente, y cerrarán la competición doméstica en La Catedral ante un Barcelona que podría llegar a Bilbao después de haber cantado ya el alirón o bien con el título en juego.
Pero los rivales del cuadro rojiblanco también tienen compromisos complicados. El Villareal, que es el que está mas cerca en la tabla, viajará el sábado a Montilivi para medirse a un Girona que se ha metido en un lío morrocotudo en la recta final del campeonato y necesita la victoria como el comer si no quiere caer a la zona de descenso -está a tres puntos de la zona roja como el Alavés-. Los castellonenses recibirán después al Leganés, otro de los que se encuentra inmerso en la lucha por eludir el descenso y las dos últimas jornadas visitará al Barcelona y recibirá al Sevilla.
Al Betis, que también disputará este jueves la vuelta de Conference League en Italia ante la Fiorentina, le resta por su parte enfrentarse a Osasuna en casa, al Rayo en Vallecas, al Atlético en el Villamarín y al Valencia en Mestalla. Valverde también valoró ayer como «positivo» el punto cosechado en el derbi teniendo en cuenta todo lo vivido durante la semana. Y ante la presión de los rivales en la lucha por la cuarta plaza reconoció que «el Villarreal está jugando bien y haciendo muchos goles y el Betis se encuentra en una dinámica en la que resulta difícil de batir. Ha fichado bien en el mercado de invierno y eso se nota», apuntó en referencia a la llegada en diciembre de jugadores como Antony, uno de los más destacados en el cuadro verdiblanco desde entonces.
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