El Athletic en Manchester: de las caras largas en la llegada a las sonrisas y el puño en alto al ser recibido por la afición

«Yuri, Yuri». «Guru, Guru». «Vamos Athleeeeeeeeeetic». «Djaló es tu día». Cada vez que bajaba un integrante de la plantilla era coreado por las 50 personas que han atendido a la llamada para apoyar a la escuadra rojiblanca en su hotel de concentración. El resto de hinchas se entretenían en Shamples Square, el punto de reunión de los aficionados. Pero medio centenar se han acercado a dar su aliento a un equipo que al mediodía llegó serio. En su ánimo pesaban las ausencias de los hermanos Williams, Oihan Sancet y Dani Vivián, conocidas poco antes de subirse al avión en dirección a la ciudad inglesa.

La ciudad les recibió, poco antes de las 13 horas, con alrededor de 15 grados y el cielo con nubes y claros, aunque por la tarde la temperatura había descendido. Al bajar del autocar que les transportaba desde el aeropuerto llamó la atención que, salvo excepciones, como el capitán Óscar de Marcos, el presidente Jon Uriarte y José Ángel Iribar, el resto de los integrantes de la expedición mostraban un semblante que refleja la dificultad de dar la vuelta a la eliminatoria y plantarse en la final de Bilbao del 21 de mayo. Eso sí, varios se han acercado a los hinchas, tanto rojiblancos como locales, que les han requerido su presencia. Como ocurrió por la tarde. Entonces, hubo una enorme comunión. «Vamos que podemos».

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Eso sí, el 0-3 de la ida todavía duele en el vestuario del Athletic. Ahora, además, el equipo debe remontar sin cuatro de sus pilares. De ahí que, aunque la esperanza es lo último que se pierde, como se suele decir, existe una sensación de que la empresa resulta imposible de lograr. Sin embargo, como ocurrió tras el encuentro de ida en San Mamés, cuando la Herri Harmaila les empujó al término del encuentro y les hizo creer, en Manchester ha sucedido lo mismo: el ímpetu de la grada les ha permitido sonreír, convencerse de que esto es fútbol y que cosas más difíciles se han visto.

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A la mañana, los aficionados mostraban más optimismo que los jugadores. «Creo que es casi imposible. Pero en los partidos pasan cosas... Una expulsión, un penalti...», señalaba Txema Pastor, que viene desde Alicante y es miembro de la Peña de Minglanilla. «Es muy difícil. Imposible no es nada. Hay que creérselo y luego pelear», añade Alberto Aristi, de la Peña Anduselai del barrio de San Jorge en Pamplona. A su lado, los cazaautógrafos locales celebraban la ausencia de los pesos pesados del equipo rojiblanco. «Es mejor para nosotros. Nico es muy bueno. Y es mejor para nosotros. Yo lo traería a Old Trafford. Sin duda», indica Ben, que tiene claro que el equipo de Amorim ganará el título en San Mamés. «En la Premier no tenemos nada que hacer. Y hemos puesto todas nuestras energías en llevarnos la Europa League. El otro día jugamos con suplentes porque tenemos claro que tenemos que ganar», subraya. «Es imposible que nos remonten», remata otro par de jóvenes, uno de ellos con la camiseta del Athletic pero hincha del United.

Los aficionados locales dan por hecho que se han embolsado la eliminatoria y casi el trofeo. Para los bilbaínos, la remontada resulta muy complicada, igual que para el vestuario, que se va creciendo con el paso del tiempo. Lo demostró a la llegada a su hotel y también Yeray en la sala de prensa de Old Trafford. «Vamos a remontar», es la consigna de la afición. Y los jugadores se lo creen y lo agradecen.