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El apasionante viaje por Europa del Athletic que debe finalizar el 21 de mayo en casa, en San Mamés, tiene hoy una nueva parada. El ... destino es Glasgow, en un escenario que derrocha historia futbolística como es el Ibrox Stadium. Allí, en un campo fundado en 1899, espera un nuevo obstáculo a superar llamado Rangers, con 117 títulos en su palmarés y ansias de brillar a nivel continental tras un rendimiento en la Premier escocesa muy alejado de las expectativas. El club protestante de Glasgow se agarra a la Europa League, como ya demostró en su agónica clasificación frente al Fenerbahçe de José Mourinho, y se antoja como un rival del que se puede fiar muy poco el Athletic, pese a que la trayectoria rojiblanca puede darle la etiqueta de favorito en este cruce. Pero cuartos de final ya es una altura de campeonato en la que nadie regala nada. Los ocho cluibes que han llegado hasta aquí tienen suficientes argumentos para soñar a los grande a mes y medio de la final de Bilbao.
Hasta ahora, la trayectoria firmada por el Athletic en el torneo es para enmarcar. Una primera fase brillante que le colocó segundo en la clasificación y una dura eliminatoria de octavos donde los rojiblancos se vieron obligados a remontar a una Roma complicada y competitiva. Después de diez encuentros continentales, los de Valverde suman siete victorias y aspiran a aumentar esa cifra en el doble duelo contra un Rangers donde las aguas bajan mucho más revueltas por el río Clyde que a orillas del Nervión. La rajada de Barry Ferguson tras la derrota del Rangers el fin de semana ante el Hibernian fue de las que hacen época, y habrá que ver cuál es la reacción tanto de su plantilla como de una afición con demasiados disgustos en los últimos tiempos. De hecho, el Rangers ha perdido sus cuatro últimos encuentros disputados en Ibrox –St Mirren, Motherwell, Fenerbahçe e Hibernian–, evidenciando unos graves problemas del equipo de Ferguson cuando de llevar la iniciativa se trata.
Fue precisamente la derrota frente al Hibernian el pasado sábado (0-2) la que hizo estallar a Ferguson, entrenador hasta final de temporada tras el cese del belga Clement. «Este no es el Rangers. Está muy lejos de serlo. Los encuentros europeos y contra el Celtic son los más fáciles de afrontar. Si no puedes levantarte para los partidos como el de hoy –por el sábado–,entonces no deberías jugar. Un estadio abarrotado y dimos un espectáculo así», criticó un técnico que valora cambios en su once e incluso en su estilo de juego para abordar el encuentro de esta noche. «He decidido qué camino debemos seguir hasta final de temporada y puede que no sea agradable de ver. Como aficionado del Rangers quieres ver un fútbol fluido y atractivo, pero no creo que podamos hacerlo. Habrá una serie de cambios el jueves», aseguró Ferguson, en lo que parece ser un cambio de sistema para proteger a su equipo.
Los escoceses sufren mucho en defensa con las transiciones ofensivas del equipo rival, algo que aprovechó un Fenerbahçe en la anterior eliminatoria europea para remontar, y es algo de lo que el Athletic debe intentar sacar provecho con la velocidad de los hermanos Williams por las bandas. También la presencia de Oihan Sancet se antoja fundamental para buscar un resultado que ponga la eliminatoria en el buen camino de cara al encuentro de vuelta de la semana que viene en la capitaol vizcaína.
Valverde, más allá de problemas físicos como el que ha frenado a Yuri Berchiche, no hará experimentos. Su once de gala casi siempre aparece en el torneo continental y esta noche no será una excepción, pese a que la formación rojiblanca se encuentra en un mes de abril cargado de esfuerzos. En los cinco últimos partidos, los de Valverde han reducido a la mínima expresión su capacidad goleadora (2) y se sostienen en la Liga gracias a su enorme rendimiento defensivo (2 goles encajados). Pero si algo tiene el Athletic es que siempre compite y trata de ser fiel a su forma de juego.
Y esta noche Ibrox, con más de 50.000 almas en las gradas, es el escenario ideal para vivir otra de esas grandes noches europeas. Así lo han entendido los 2.600 aficionados rojiblancos que han viajado a Glasgow para dar aliento a su equipo. Se antoja un duelo apasionante entre dos clubes que sueñan con hacer algo grande en Europa y, en el caso del Athletic, hacer algo grande significa estar presente en la final del 21 de mayo en La Catedral. Ese es el reto y por eso los rojiblancos viajan a velocidad de crucero por Europa camino de Bilbao. Y si es brillando en escenarios como el de esta noche, mejor que mejor.
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