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Desde su fundación, y empezando por su propio nombre, por la procedencia de algunos de sus primeros futbolistas y por el estilo de juego que se impuso en el club, el Athletic siempre ha tenido un toque británico. Los clubes ingleses y escoceses, sobre todo los primeros, fueron rivales asiduos de los rojiblancos en gran cantidad de amistosos. Su primer enfrentamiento oficial, sin embargo, no llegaría hasta la temporada 1956-57. Fue la histórica eliminatoria de la Copa de Europa ante el Manchester United, la del famoso partido de la nieve.
Hubo que esperar hasta la campaña 1964-65 para que los bilbaínos volvieran a Europa. Tras eliminar al OFK de Belgrado y al Amberes, les tocó el Dunfermlin escocés. El Athletic pasó la eliminatoria en el partido de desempate en San Mamés gracias a un golazo monumental de Fidel Uriarte en el minuto 85. La emoción no pudo ser mayor. Lo cierto es que San Mamés disfrutaba de lo lindo con esos pulsos a tumba abierta y aquel fútbol rápido, directo y rebosante de energía. Este era el espectáculo que quería La Catedral y la suerte no pudo acompañarle mejor. Y es que a esta eliminatoria contra el Dunfermline le siguieron a finales de los sesenta otras tres contra equipos británicos, dos en la Copa de Ferias ante el Liverpool y el Rangers y una en la Recopa ante el Manchester City. Y se les podría añadir todavía otra más contra el Southampton en la campaña 1971-72, también muy emocionante ya que el Athletic se clasificó con un gol de Arieta en el minuto 89.
De todas ellas la que más se recuerda es la del Liverpool, que se hizo famosa porque el Athletic la superó con el lanzamiento de una moneda al aire –en realidad una chapa con una cara verde y otra roja– por parte del árbitro. Koldo Aguirre acertó en la elección y los rojiblancos regresaron muy felices de Anfield, donde habían sufrido como perros. Si sobrevivieron y, de hecho, si aguantaron con un 1-1 que les clasicaba hasta que Hugues marcó en el minuto 87, fue gracias al antológico partido de Iribar. Este periodico lo ilustró con una graciosa caricatura, la que reproducimos debajo de este texto. En ella se veía al Chopo alzando los brazos sobre la portería, vestido con una gran capa de piel, a modo de un rey absolutista, seguramente francés, y diciendo «La moneda soy yo», mientras su compañeros le hacían aspavientos de adoración tirados sobre el césped.
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