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Ander Herrera vive a sus 34 años los días más felices de su carrera profesional. Después de su larga trayectoria en Europa, donde ha tenido el privilegio de jugar en el Manchester United y en el PSG, regresó en verano a Bilbao, su casa, y pocos meses después ya celebra su primer título como roijblanco.
Herrera no pudo estar en la Supercopa que el equipo levantó en verano de 2015, un año antes partió hace Manchester a cambio de 36 millones de euros. Hoy celebra junto a Muniain y otros compañeros, con los que coincidió hace más de una década, la Copa que tanto se les atragantó entonces, con hasta cuatro finales perdidas.
Herrera es uno de los jugadores que más disfrutan de la gabarra. No suelta el móvil y graba constantemente las anécdotas que más sorprenden durante el recorrido.
Una de las escenas que más le ha maravillado al centrocampista fue el paso de la embarcación por el Puente Colgante, flanqueado por Portugalete y Las Arenas. Allí, miles de athleticzales han colapsado las grandes avenidas que dan a la ría y los balcones de los edificios. «Estáis locos», escribió en las redes sociales el jugador, que no daba crédito a lo que veían sus ojos.
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