Boiro debuta en el Bilbao Athletic con un empate en Barbastro

Adama Boiro ha vivido una semana de locura. El Athletic pagó el miércoles los dos millones de euros de su cláusula de rescisión a Osasuna y el viernes desembarcó en Lezama para completar al día siguiente su primer entrenamiento con el filial rojiblanco. Al técnico de los cachorros, Carlos Gurpegui, le debieron de convencer sus prestaciones a primera vista porque este domingo le hizo debutar como titular en el lateral izquierdo en la visita a Barbastro, un campo complicado.

Y el joven de 21 años nacido en Senegal respondió a la confianza del míster con una actuación meritoria, como si llevara desde el inicio de campaña en el equipo. Se mostró expeditivo en el corte y en la anticipación, pese a tener que lidiar con un rival como Souleymane Sidibe cuyo fuerte es la velocidad. Ademas, subió la banda con criterio siempre que pudo y dispuso de una buena ocasión en las postrimerías del primer periodo para estrenarse como goleador a la salida de un córner. Su remate forzado se marchó ligeramente desviado. Buena carta de presentación en un partido de mucha brega y poco juego.

Los aragoneses recibieron al líder con una presión alta que en los primeros minutos surtió efecto. Los de Daniel Martínez estuvieron a punto de abrir el marcador a los diez minutos en un disparo de Frank Carbonell que se marchó junto al palo tras golear en un defensor. Pero poco a poco, los cachorros se fueron adueñando del balón, aunque sin profundidad. El Barbastro se sentía cómodo atrás y apenas pasó por apuros, salvó un disparó al palo de Izeta a la media hora en una jugada ya anulada al indicar el colegiado posición antirreglamentaria del delantero rojiblanco.

Eso y el remate de Boiro cuando agonizaba el primer periodo fue todo el bagaje ofensivo de los de Gurpegui en los primeros 45 minutos. Y ya se sabe que sin marcar es imposible sumar de tres en tres. A la vuelta de vestuarios, el conjunto aragonés decidió dar un paso atrás y ceder el mando de las operaciones al Bilbao Athletic a la espera de sorprender a la contra.

El partido se atascó bastante por momentos, con constantes faltas e interrupciones que encresparon los ánimos del banquillo rojiblanco por la permisividad arbitral. Los bilbaínos percutían por ambas bandas, pero no encontraban resquicio alguno en la muralla defensiva del Barbastro. Izeta fue quien estuvo más cerca de abrir el marcador en dos ocasiones. Primero con un remate a la media vuelta dentro del área que encontró una gran respuesta del meta local Iván Biarge y, en la última acción del encuentro, con un lanzamiento de falta que se marchó ligeramente alto. La falta de pegada propició el tercer empate consecutivo sin goles del filial.

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